Se trata de una patología muy común y suele afectar más a los hombres que a las mujeres. Se produce por una deformidad de la lámina ungueal que crea inflamación de los tejidos blandos alrededor de la uña. La onicocriptosis causa dolor intenso en el entorno de la uña afectada, inflamación e infección. Si no se trata adecuadamente el tejido se infecta, aparece un exudado purulento y mal olor. Aunque esta patología es generalmente benigna, puede complicarse dando lugar a infecciones más extensas como celulitis o afectar al hueso (osteomielitis), por este motivo merece un especial cuidado.
Afecta a un 5% de la población, aunque en pacientes diabéticos este porcentaje puede llegar a ser del 30%. Las causas pueden ser el corte incorrecto de las uñas, hay que cortarlas rectas, la predisposición familiar puesto que heredamos la forma de los dedos, alteraciones estructurales del pie, por ejemplo, el pie plano, exceso de sudoración del pie, calzado con punta estrecha y mucho tacón y traumatismos, como los pisotones. Una de las formas para reducir el dolor es adaptar el calzado a la forma del pie, ya que el roce con el calzado lo agrava. Lo mejor es utilizar un calzado ancho con un talón entre 1,5 y 2 cm, y evitar el uso de calcetines o medias que compriman los dedos.
La enfermedad se presenta en 4 estadios. En los primeros estadios que se presenta inflamación, edema e infección se recomienda la visita al podólogo que liberará de las partes blandas la porción de uña encarnada y prescribirá el uso de antibióticos tópicos u orales. En los estadios más avanzados, dónde aparece un tejido de granulación (tejido fibroso que se produce antes de la cicatrización de las heridas) e hinchazón del rodete (la piel que recubre los lados de la uña). En estos casos, el tratamiento suele ser quirúrgico.
Estas cirugías son ambulatorias con anestesia local, y el paciente se puede ir a casa el mismo día de la intervención. Existen unas 15 técnicas quirúrgicas descritas según si se actúa en partes blandas, el hueso, sobre la lámina ungueal o si es mixta y participa tanto la lámina de la uña como el rodete. El tiempo de recuperación puede variar según la técnica quirúrgica. Como norma general, durante los primeros 15 días hay que tener un cuidado especial y en un mes el paciente está completamente recuperado.
Con las técnicas quirúrgicas actuales la uña encarnada se suele curar y su reaparición es muy poco habitual. En alguna ocasión pueden volver a reproducirse, por lo que se recomienda consultar con el podólogo lo antes posible.