Mercè Balcells: “Las personas que tienen una adición y quieren curarse deben tener un papel activo en su recuperación, sino es imposible”
El 80% de la población de nuestro país ha consumido alcohol en el último año. Se calcula que alrededor de un 10% realiza un consumo diario y más de un 50% cumplirán criterios de consumo de riesgo con afectación importante sobre su salud física y mental. La última encuesta poblacional realizada entre los alumnos de secundaria sobre su consumo de drogas (ESTUDES 2021) sitúa el consumo de alcohol entre los estudiantes de 14 a 18 años en un 70% en el último año. Un 25% consumen cannabis y se estima que hasta un 3% de todos los estudiantes de nuestro país realizan ya un consumo problemático. Con la Dra. Mercè Balcells hablamos de cómo trabaja la Unidad de conductas Adictivas y, entre otros, de cómo ha afectado la COVID-19 a los pacientes con adicciones.
La Dra. Mercè Balcells es psiquiatra y jefe de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Clínic de Barcelona y miembro del Grupo de investigación sobre 'Adicciones' del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS). También es vicepresidenta de GETEM (Grupo de Trabajo en Español sobre Entrevista Motivacional) y miembro de la Junta Directiva de Socidrogalcohol (Sociedad científica Española para el Estudio de las Drogas y del Alcohol).
Consideramos una adición el consumo de una sustancia independientemente de los efectos, ya sean negativos o positivos, que ésta conlleva.
No, no siempre. También hablamos de conductas adictivas o de adicciones sin substancia. Las adicciones catalogadas como trastorno de salud mental no sólo están asociadas a sustancias. El Diagnostico and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5), que es el manual en el que se listan los trastornos de salud mental ya especifican adicciones sin sustancias, sobre todo, el juego patológico presencial u online, pero se prevé que en unos años habrá más conductas adictivas catalogadas como trastornos de salud mental como la adicción a las pantallas, compras o videojuegos por poner sólo algún ejemplo...
Nuestra unidad se dedica al tratamiento de todo tipo de trastornos para el uso de sustancias, ya sean legales o ilegales, y también, recientemente, hemos iniciado un programa de adicciones sin sustancias. Formamos parte del Instituto Clínic de Neurociencias (ICN) del Hospital y nuestro abordaje es principalmente desde la psiquiatría y la psicología, aunque la mayoría de las sustancias adictivas tienen una importante toxicidad añadida que puede tener muchos niveles. Las drogas son tóxicas a nivel de nuestro cerebro, pero también pueden afectar a varios sistemas de nuestro organismo, por ejemplo: el alcohol puede afectar al hígado, el tabaco al pulmón, la cocaína puede provocar infartos y/o ictus... Nos dedicamos al trastorno adictivo, pero a la vez tenemos en cuenta la comorbilidad somática y social e intentamos un abordaje holístico del problema.
"La adición no es una condena de por vida y existen muchos niveles de recuperación".
Sí. Nos podemos curar de una adicción y esto ocurre cuando una persona apuesta por una larga abstinencia y también, en algunos casos, algunas personas pueden volver a realizar un consumo controlado después de haber trabajado diversos aspectos de su adición y de las problemáticas asociadas.
La adición no es una condena de por vida y existen muchos niveles de recuperación. Los trastornos por el uso de sustancias se acumulan en la segunda y tercera década de la vida, pero sabemos que más adelante existe un grupo de personas que pasarán a poder hacer un uso controlado con un consumo muy moderado o esporádico. El abordaje de las adicciones ha cambiado mucho. Cada persona es distinta, pero sí que en algunos casos la persona que ha tenido una adición podrá tener un consumo controlado. Sin embargo, una persona que ha tenido un período de adición tiene mucho respeto a las sustancias adictivas y sabe muy bien lo que puede hacer y lo que no. Lo que no quiere, sobre todo, es volver atrás o recaer, eso seguro.
Sí, cuesta. Somos una sociedad de consumo, y la idea que se nos transmite es que todos debemos consumir, pero cuando aparecen las consecuencias negativas del consumo, la adicción se esconde y se vive con mucha culpa o vergüenza. Ciertamente, existe mucho estigma social. Nos cuesta mucho reconocer que tenemos un problema y cuesta mucho entender que nuestros amigos pueden consumir y nosotros no. Realmente, somos una sociedad en la que el consumo de drogas legales e ilegales es muy prevalente, pero aceptar que tienes un problema de estas características no es fácil.
"Somos una sociedad en la que el consumo de drogas legales e ilegales es muy prevalente, pero aceptar que tienes un problema de estas características no es fácil".
Vivimos en una sociedad que todo está centrado en la fiesta, todos debemos consumir, pero al mismo tiempo toleramos muy mal las consecuencias y responsabilidad de ese consumo. Cuanta más facilidad o presión haya para consumir sustancias, más personas tendrán problemas de adicciones.
Personalmente soy más de regular que prohibir. Regular correctamente para minimizar daños es importante y debemos poder proporcionar información para contrarrestar la que no es del todo acurada o directamente falsa.
El efecto de la COVID-19 en los pacientes con adicciones ha sido uno de los proyectos de investigación de nuestra Unidad. Durante la primera ola, cuando todo el mundo estaba confinado, hubo un menor consumo global de alcohol. El balance global fue una clara disminución de la ingesta de alcohol. Sin embargo, esta disminución no llegó al colectivo de pacientes más graves que, como observamos en nuestra Unidad, no pudieron reducir el consumo y, en algunos casos, lo incrementaron.
En cuanto al consumo del cannabis, una droga con un estatus legal cambiante, nos pareció interesante analizar cómo la pandemia había incidido en el patrón de consumo de los usuarios. Queríamos saber si esta situación de crisis sanitaria tenía un impacto en cómo, cuándo y por qué se consumía y cuáles eran los factores que provocaba el consumo. También analizamos si influía más la dificultad que el confinamiento añadió a la distribución y obtención del cannabis, o si todo el estrés, la ansiedad y el aislamiento que implicó la COVID-19 hacía incrementar el consumo. El estudio concluía que la gente que tenía un consumo moderado de cannabis no modificaba su consumo y, en cambio, la gente que tenía un consumo leve lo incrementaba. El motivo principal que referían por ese aumento de consumo era para intentar, según ellos, gestionar mejor el estrés y el aislamiento y aburrimiento que suponía el confinamiento.
"Las personas que tienen una adición y quieren curarse deben tener un papel activo en su recuperación".
Estamos hablando de un trastorno multifactorial. Hay factores del entorno, factores psicológicos y factores biológicos que hacen que haya gente que tenga más predisposición sufrir una adicción: elementos genéticos, entorno, traumas, situaciones vividas durante la infancia... A la vez, determinados rasgos de personalidad o formas de ser también incrementan el riesgo de tener un trastorno adictivo.
El Hospital Clínic de Barcelona fue uno de los primeros centros del Estado en tener una unidad específica para el tratamiento del alcoholismo ya en los años 70 y ha sido un referente para el tratamiento de esta patología en Cataluña liderando muchos proyectos de investigación. Desde el aprendizaje y el conocimiento que da la experiencia intentamos adaptarnos y anticiparnos a los cambios en los patrones de consumo y las nuevas drogas que van apareciendo. Por ejemplo, hemos iniciado un nuevo proyecto para ayudar a reducir o discontinuar el consumo de cannabis en adultos jóvenes. El consumo de cannabis entre adolescentes y jóvenes es en nuestro país el más elevado de toda la UE. Hay mucho consumo y poca tradición de realizar tratamientos y esto es importante ya que sabemos que el consumo de cannabis se asocia con la aparición de esquizofrenia y otras enfermedades psiquiátricas.
También tenemos un proyecto para conseguir una definición consensuada del “consumo de riesgo” del cannabis. Al igual que el alcohol, queremos saber cuál es la cantidad de cannabis que supone un alto riesgo para los usuarios. Será una definición validada por expertos y que también deberemos transmitir a la ciudadanía, y después será interesante ver cómo con esta nueva herramienta podemos mejorar el grado de conocimiento e información que tenemos sobre el cannabis y la salud.
Asimismo, también vamos abriendo nuevas líneas de trabajo que puedan dar respuesta a nuevos fenómenos relacionados con las drogas como el llamado “Chemsex” o consumo de drogas estimulantes para obtener sexo entre hombres que tienen sexo con otros hombres en patrón de “binges” y que se asocian a consumos muy elevado concentrados en un período de tiempo y una actividad determinada.
Con las drogas tenemos varios fármacos que ayudan a mitigar los síntomas o paliar los efectos, pero no existe una medicación que cure el trastorno adictivo en sí. Trabajamos con un abordaje complejo a través de la relación terapéutica con estrategias como la 'entrevista motivacional' que es un modelo de relación y comunicación que te permite trabajar con personas sin juzgarlas, con empatía, con un lenguaje inclusivo y que tiene como objetivo incrementar las probabilidades de cambio en los hábitos de salud. Todo lo que se promueve es que el paciente se vea capaz de cambiar y que lo acabe haciendo, encontrando sus propias motivaciones y capacidades.
Las personas que tienen una adición y quieren curarse deben tener un papel activo en su recuperación, sino es imposible conseguirlo. Los psiquiatras, psicólogos, trabajadores y trabajadoras sociales tenemos un papel clave para que el paciente pueda abordar su problema y al mismo tiempo darle las herramientas para iniciar el proceso de su recuperación.
Con otras enfermedades, cuando llegan a la consulta, los pacientes están preparados para iniciar un tratamiento o una recuperación, pero en este tipo de trastornos esto no siempre ocurre. Muchos pacientes llegan a nuestras consultas ambivalentes; por un lado, quieren dejar de tener problemas asociados al consumo, pero no tienen claro no poder consumir más o quieren dejar de consumir, pero al mismo tiempo no se ven capaces de hacerlo. Es "un sí, pero no" que muchas veces se acompaña de rabia o impotencia. Clarificar cuál es la demanda y cuáles son las opciones y motivar al paciente es clave para su recuperación.