El consumo de sustancias como cannabis y alcohol puede aumentar significativamente las probabilidades de experimentar consecuencias negativas para la salud física y mental. Los efectos de estas sustancias en adolescentes y jóvenes son preocupantes, ya que esta edad es muy vulnerable a efectos nocivos.
Por lo que respecta al alcohol, el riesgo de experimentar problemas de salud aumenta considerablemente con el consumo excesivo. En mujeres, consumir más de una bebida estándar al día de media semanal, por ejemplo, una cerveza o copa de vino, se considera de riesgo. También si se toman 4 o más bebidas en una sola ocasión. En varones, este riesgo se incrementa a partir de dos bebidas estándar al día de media semanal o 5 o más bebidas en una sola ocasión.
El consumo de cannabis también comporta importantes riesgos para la salud. El límite de consumo estudiado es de más de 4 porros a la semana. El consumo frecuente puede derivar en problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, así como afectar a las funciones cognitivas y al sistema respiratorio. Cualquier consumo en personas con problemas de salud preexistentes como trastornos mentales, problemas respiratorios o cardíacos, es un consumo de alto riesgo.
Ciertos factores como la edad (menores de 21 años o mayores de 65 años), el embarazo y la lactancia, pueden incrementar la gravedad de las consecuencias del consumo de estas sustancias. Por tanto, en estos grupos de población, cualquier consumo se considera de alto riesgo independientemente de la cantidad o la frecuencia. Es crucial tener en cuenta estos elementos para evaluar los riesgos de cada persona.
¿Hablamos lo suficiente sobre el consumo de drogas?
Ante este contexto, se llevó a cabo la iniciativa "Tengo un amigo que consume drogas: ¿cómo nos relacionamos con el alcohol y los porros?" impulsada por profesionales sanitarios e investigadores del Clínic Barcelona.
Además de informar sobre los riesgos, se promueve la normalización de las conversaciones sobre el consumo de estas substancias. Se ha estudiado que hablar sobre drogas no promueve su uso y, en cambio, facilita la reducción del estigma asociado a su consumo. A su vez, facilita el acceso al tratamiento a aquellas personas que necesitan. También se ha diseñado un cuestionario para ayudar a identificar el nivel de riesgo del consumo y proporcionar recomendaciones de acceso a tratamiento clínico, en su caso.
Esta iniciativa tiene como principal objetivo prevenir los efectos adversos de las drogas en la salud de adolescentes y jóvenes, así como fomentar una mayor conciencia sobre los riesgos del consumo de cannabis y alcohol.