Los resultados también muestran una reducción del 24% en la realización de las trombectomías mecánicas, técnica utilizada para desobstruir las arterias, y que no hubo cambios en cuanto a las métricas de la calidad de la atención recibida por los pacientes.
En el estudio, coordinado Ángel Chamorro, Jefe de la Unidad de Patología vascular cerebral del Clínic y Jefe del grupo Isquemia cerebral: estudios clínicos y experimentales del IDIBAPS, han participado otros especialistas de la Unidad y también miembros del Sistema de Emergencias Médicas de Cataluña (SEM).
La pandemia provocada por la COVID-19 ha cambiado la atención de las diferentes enfermedades en los hospitales de todo el mundo. Al inicio de la crisis, los hospitales tuvieron que aplicar planes de contingencia para adecuar los recursos asistenciales y se volcaron en la atención de los pacientes infectados por el SARS-CoV-2. Lo mismo sucedió con el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que tuvo una sobrecarga de llamadas al 061/Salut Respon, pero menos activaciones por otras causas, como es el caso de los Códigos Ictus.
El estudio ha analizado el impacto de la COVID-19 en la atención de los pacientes con un ictus en el Clínic. Se midieron el número de llamadas de emergencia al SEM en Cataluña y los códigos de accidente cerebrovascular enviados al Clínic. Se registraron todos los ingresos por accidente cerebrovascular y la idoneidad de las medidas de atención aguda, incluido el número de trombectomías, métricas de flujo de trabajo, resultados angiográficos y resultados clínicos. Los datos se compararon con los del mes de marzo de 2019.
En el Clínic se tomó la decisión estratégica de mantener íntegra la capacidad operativa de la Unidad y no se reasignaron los recursos de la Unidad - ni profesionales, ni espacios - para dar asistencia a los pacientes con infección por el SARS-CoV-2. También se aseguró que se podrían realizar las pruebas y procedimientos necesarios para atender a los pacientes con ictus.
Los resultados del análisis muestran que el SEM recibió hasta 41.000 llamadas de emergencia diarias en marzo de 2020, un 330% más de llamadas que en el mismo mes del año anterior, pero hubo un 18% menos de códigos ictus activados y una reducción del 18% de activaciones que llegaron al Clínic. Las admisiones por ictus en el hospital bajaron un 23% en el mismo periodo. “Además, los casos que se atendieron correspondieron a personas más jóvenes debido, probablemente, a que las personas mayores fueron más reticentes a pedir asistencia por miedo al coronavirus, o no lo pudieron hacer por estar aislados”, explica Ángel Chamorro.
En el mes de marzo, ingresaron 1.232 pacientes con la COVID-19 en el Clínic, lo que supuso una ocupación del 60% de las camas y que requirió aumentar un 150% la capacidad de las UCIs. En la fase de pico de la crisis, en cambio, hubo una infrautilización de la Unidad de Patología Vascular, con diversas camas disponibles.
El estudio subraya la importancia de la eficiencia de la atención pre-hospitalaria para maximizar los beneficios de los cuidados en el hospital. “Los planes de contingencia hospitalarios, los sistemas de transporte de pacientes y las alertas dirigidas a la población deben actuar de manera concertada para proteger mejor la cadena de atención de los pacientes con accidentes cerebrovasculares en tiempos de pandemia”, afirma Ángel Chamorro. “Al fin y al cabo, debido los 6 millones de muertes que provoca cada año, el ictus no deja de ser una pandemia crónica y debemos implementar medidas que ayuden a que los pacientes con ictus no sufran las consecuencias de situaciones como la provocada por la COVID-19”, concluye.
Una Unidad transversal dedicada a la atención de los ictus
La Unidad de Patología Vascular Cerebral del Clínic cuenta con 8 camas de cuidados semi-intensivos y con 10 camas de hospitalización. El equipo multidisciplinar que atiende a los pacientes está formado por neurólogos vasculares, neurocirujanos, radiólogos neurointervencionistas, anestesistas e intensivistas. De media, cada año se atienden 1.000 Códigos Ictus y se realizan 300 tratamientos de reperfusión, 200 de los cuales son trombectomías.
Referencia del estudio:
Salvatore Rudilosso, Carlos Laredo, Víctor Vera, Martha Vargas, Arturo Renú MD, Laura Llull, Víctor Obach, Sergio Amaro, Xabier Urra, Ferrán Torres, Francesc X. Jiménez-Fàbregas, Ángel Chamorro.
Stroke. 2020 May 22:STROKEAHA120030329. doi: 10.1161/STROKEAHA.120.030329