La combinación de los fármacos lopinavir y ritonavir se administra para tratar la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), ya que bloquea la proteasa, una enzima clave para el proceso de replicación del virus. Sin embargo, la experiencia terapéutica con estos pacientes evidencia que el ritonavir interacciona con muchos medicamentos, reduciendo su metabolismo. Uno de ellos es el tacrolimus usado en trasplantes de órganos sólidos para reducir la actividad del sistema inmunitario.
“Durante la primera ola de la COVID-19, se hizo un uso extenso de la terapia lopanivir/ritonavir, debido a su actividad in vitro frente al virus SARS-CoV-2. Para mantener la inmunosupresión y evitar toxicidades en pacientes trasplantados, el personal médico optó por sustituir el tacrolimus por otro fármaco inmunosupresor, la prednisona”, explica Montse Tuset, del Servicio de Farmacia del Área del Medicamento del Clínico Barcelona. Tuset, junto con otros investigadores del Clínic Barcelona-IDIBAPS, ha evaluado la eficacia y seguridad del tratamiento con prednisona en 23 receptores de trasplante de órgano sólido ingresados en el Clínic Barcelona con diagnóstico de infección por SARS-CoV-2, entre marzo y junio de 2020.
Los resultados del estudio, publicado en la revista Clinical Microbiology and Infection, muestran que el tiempo transcurrido entre la suspensión del tratamiento con tacrolimus y el inicio de la terapia combinada con ritonavir es clave para reducir el riesgo de toxicidad. “La mayoría de los pacientes que iniciaron el tratamiento en las primeras 18 horas después de la última dosis de tacrolimus, mostró niveles tóxicos de este fármaco en sangre. Por contra, los tres pacientes a los que se administró la doble terapia antiviral pasadas 24 horas no presentaron toxicidad”, señala la investigadora. Todos los pacientes recibieron prednisona en sustitución del tacrolimus. Respecto a la prednisona, los autores del trabajo destacan que su uso es seguro. “La monoterapia con prednisona durante el tratamiento con lopinavir/ritonavir resultó efectiva en pacientes trasplantados, puesto que no se observó ningún episodio agudo de rechazo de los órganos, ni respuestas tóxicas”.
La reintroducción de tacrolimus, a mitad de dosis habitual, entre 48 y 72 horas después de finalizar la terapia lopanivir/ritonavir, tampoco produjo efectos adversos. "Es necesario, sin embargo, realizar nuevos estudios multicéntricos más grandes para confirmar estos hallazgos", declara Tuset. “Hoy en día, la combinación lopanivir/ritonavir no se administra para el tratamiento de la COVID-19. Aun así, la experiencia ganada con esta investigación puede ser aplicable al uso de nirmatrelvir/ritonavir (Paxlovid®), el nuevo tratamiento aprobado contra las infecciones por SARS-CoV-2, ya que ambas terapias contienen ritonavir, responsable de las interacciones entre fármacos”.
Artículo de referencia
Gonzalez-García R, Roma JR, Rodríguez-García M, Arranz N, Ambrosioni J, Bodro M, Castel MÁ, Cofan F, Crespo G, Diekmann F, Farrero M, Forner A, LLigoña A, Marcos MÁ, Moreno A, Ruiz P, Soy D, Brunet M, Miró JM, Tuset M. Drug-drug interactions of ritonavir-boosted SARS-CoV-2 protease inhibitors in solid organ transplant recipients: experience from the initial use of lopinavir-ritonavir. Clin Microbiol Infect. 2023 Jan 11:S1198-743X(23)00002-2.