Normalmente, la preeclampsia aparece en los dos últimos meses de embarazo y cuando esto pasa 1 de cada 10 mujeres presenta una complicación. Ante esta situación, la mejor conducta a partir de las 37 semanas es provocar el parto. Por el contrario, antes de las 34 semanas, la mejor conducta es seguir con el embarazo por los beneficios que conlleva por el neonato el hecho de no ser prematuro. Pero entre las 34 y las 37 no existía el conocimiento suficiente para tomar la mejor decisión. Este estudio ha demostrado que tomar esta decisión en función de los niveles en sangre de la madre de factores angiogénicos permite disminuir por 5 el riesgo de complicación materna sin empeorar los resultados del neonato. En cambio, en aquellas pacientes con preeclampsia antes de las 37 semanas y con unos niveles de factores angiogénicos normales es seguro esperar hasta llegar a una gestación a término.
Ante la necesidad de individualización en el tratamiento de las mujeres con preeclampsia, el Servicio de Medicina Maternofetal, liderado por el Dr. Francesc Figueras, diseñó este estudio multicéntrico. En este ensayo clínico se estudió si unas proteínas llamadas factores angiogénicos eran un buen marcador para determinar si se tenía que finalizar el embarazo o no en caso de preeclampsia. Estas proteínas están presentes en la sangre de la madre durante el embarazo y están relacionadas con la placenta, y se sabe que a mayor alteración en estos biomarcadores, mayor es el riesgo de complicación. El Dr. Francesc Figueres forma parte del grupo de Medicina fetal y perinatal del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS).
En este estudio, liderado desde el Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS, han participado 7 centros del estado español: Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), Hospital Universitario La Fe (València), Hospital Universitario Cruces (Vizcaya), Hospital Universitario Dexeus (Barcelona), Hospital San Juan de Dios (Barcelona), Hospital de la Cruz Roja de Hospitalet (Barcelona). La duración del estudio ha estado de 4 años y se han incluido un total de 178 pacientes con diagnóstico de preeclampsia sin criterios de severidad entre las 34 y 37 semanas de gestación. El estudio, por lo tanto, concluye que la práctica con este tipo de pacientes se dirige hacia una individualización del manejo de la preeclampsia utilizando biomarcadores.
El Dr. Francesc Figueras, jefe de Servicio de medicina maternofetal sostiene que “a diferencia de estudios previos en este ámbito, haciendo esta individualización del momento de finalización del embarazo en función de los factores angiogénicos, sí que se consigue una reducción en las complicaciones maternas sin aumentar las complicaciones en el neonato”