Los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada, y en especial aquellos que requieren tratamiento renal sustitutivo, como el trasplante renal o la diálisis, son susceptibles a coger infecciones y la COVID-19 no ha sido una excepción. Para tratar aquellos que presentan distrés respiratorio debido a la COVID-19 se ha visto que el Tocilizumab puede ser efectivo.
La mayoría de los pacientes con enfermedad renal crónica y que, además, requieren de tratamiento renal sustitutivo (TRS) son pacientes especialmente susceptibles de contraer diferentes infecciones. Estas personas suelen presentar múltiples enfermedades a la vez, y su sistema inmunitario es bastante más frágil que el de una persona sana. Por estos motivos, durante la pandemia por SARS-CoV-2 es importante evaluar a estos grupos de pacientes específicos para poder diseñar protocolos para su control y tratamiento.
Con este propósito la Sociedad Española de Nefrología (SEN) lanzó el pasado marzo un registro para pacientes que reciben tratamiento renal sustitutivo (TRS). En tan solo tres semanas se registraron un total de 868 pacientes en TRS con infección por de SARS-CoV-2 confirmada por PCR. Los pacientes en TRS infectados proceden mayoritariamente de las tres regiones más afectadas por la COVID-19 en España como: Madrid (36%), Cataluña (18%) y Castilla La Mancha (12%). Los pacientes que reciben TRS más afectados por la COVID-19 son los que se tratan con hemodiálisis (63%), seguidos de los pacientes trasplantados renales y, en menor frecuencia, los pacientes en diálisis peritoneal. Uno de cada tres pacientes había tenido contacto con algún otro infectado por COVID-19.
Ocho de cada diez pacientes en tratamiento renal sustitutivo que se infectaron por COVID-19 requirieron ingreso hospitalario, de los cuales el 8% tuvo que ser ingresado en una Unidad de Cuidados Intensivos. El 23% de los pacientes afectados fallecieron. Los principales factores de riesgo asociados a una mayor mortalidad eran la edad avanzada, el desarrollo de neumonía y el tratamiento renal sustitutivo con hemodiálisis.
El registro de la SEN ha permitido que se lleven a cabo posteriores sub-estudios, entre los que destaca el análisis de 80 pacientes trasplantados renales e infectados por COVID-19 que presentaron el síndrome de distrés respiratorio agudo. En este estudio, que cuenta con la participación del Servicio de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona, los pacientes recibieron tratamiento con tocilizumab, un potente fármaco antinflamatorio indicado en el tratamiento de enfermedades crónicas como la artritis reumatoide. Se estudian este tipo de tratamientos antiinflamatorios porque, en los casos graves de COVID-19, puede producirse una tormenta de moléculas que favorecen la inflamación (citocinas), por lo que su bloqueo se ha considerado una potencial diana terapéutica.
Los resultados han evidenciado que los pacientes trasplantados renales con distrés respiratorio agudo presentaron una elevada mortalidad (32,5%). Entre ellos, los que tenían edad muy avanzada y los que presentaban marcadores elevados de inflamación de forma persistente fueron los que tuvieron una mayor mortalidad. Por el contrario, el descenso de uno de los marcadores de inflamación (la proteína PCR), tras la administración de tocilizumab se asoció con una mayor supervivencia. Tocilizumab podría, por tanto, ser efectivo para controlar la tormenta de citocinas en pacientes trasplantados renales con COVID-19, pero se requieren más estudios para comprobarlo.
La realización de en este tipo de estudios es fundamental para conocer el riesgo específico de diferentes grupos de pacientes y establecer, así, mecanismos de protección frente a posibles rebrotes. Así como para poder llevar a cabo las estrategias terapéuticas y de seguimiento más adecuadas en cada caso.
Autor: Dr. Miquel Blasco, Servicio de Nefrología i Trasplante Renal; Instituto Clínic de Nefrología y Urología