El trasplante de órganos sólidos es a menudo la única opción para ciertos pacientes. A pesar de que las tasas de éxito de los trasplantes han mejorado en los últimos años, las personas que reciben un órgano tienen que tomar medicación inmunosupresora durante toda la vida para evitar el rechazo. Esta inmunosupresión comporta un mayor riesgo de cáncer, de infecciones y otras complicaciones. Así mismo, no es infrecuente que el organismo receptor siga identificando el órgano como un elemento extraño cosa que puede llevar a que, en unos meses o años, se cause la pérdida del órgano trasplantado. De hecho, actualmente hay un 20% de fracaso del injerto a largo plazo.
El proyecto PHOENIX tiene por objetivo reducir el rechazo y mejorar la tolerancia del organismo receptor al órgano trasplantado sin que esto aumente el riesgo de cáncer e infecciones. Para hacerlo, trabaja para desarrollar una nueva inmunoterapia más específica, basada en nanotecnología, que supere los inconvenientes de la inmunosupresión amplia e inespecífica que se aplica actualmente.
El proyecto tiene una duración de 3 años y ha sido financiado por el programa Horizon de la Unión Europea con 4'89 millones de euros. participan 4 centros: el Istituto di Ricerche Farmacologiche Mario Negri (IRFMN), de Italia, que es el coordinador, el Centro Hospitalier Universitaire de Rennes, en Francia, el Pintail, en Irlanda, y el grupo 'Patogenia y tratamiento de la autoinmunidad’ liderado por Pere Santamaria del IDIBAPS. El grupo de Santamaria ha descubierto y desarrollado nanoterapias basadas en el complejo de histocompatibilidad principal (MHC) y ha estado pionero en el conocimiento relacionado con estos compuestos, desde el diseño y la ingeniería hasta la fabricación, la seguridad, los mecanismos de acción y las indicaciones clínicas.