El servicio de Cardiología cumple 50 años. ¿Qué supone este aniversario?
El servicio de cardiología del Hospital Clínic fue de los primeros que se establecieron en España, se constituyó en 1972 y ha sido uno de los servicios más reconocidos de nuestro país y en el que se han alcanzado hitos muy relevantes. Llegar al 2022 y ser capaces de mantener unos altos estándares de calidad a todos los niveles merece una celebración y el reconocimiento a todos los profesionales implicados. En estos 50 años han dedicado toda o gran parte de su vida laboral al servicio profesionales extraordinarios que han dejado un legado impresionante. El reto actual es mantener y hacer crecer aún más los estándares de calidad a nivel asistencial, de investigación y de docencia que ellos iniciaron en 1972.
¿Cuales serían estos hitos de los que hablas?
Sin duda la creación de una unidad coronaria pionera en el país y la atención moderna del infarto agudo de miocardio constituyeron los dos grandes hitos iniciales. Posteriormente, en el ámbito de las arritmias hemos desarrollado un posicionamiento de liderazgo internacional único. A la vez, hay que poner en valor el gran papel que ha tenido la investigación liderada desde el servicio y que forma parte de nuestro ADN desde el inicio. En ese sentido, las contribuciones que se han realizado en la literatura cardiovascular han sido muy relevantes.
El reto actual es mantener y hacer crecer aún más los estándares de calidad a nivel asistencial, de investigación y de docencia que ellos iniciaron en 1972.
¿Cómo se organiza el Servicio?
El servicio actualmente está formado por 41 cardiólogos de staff, 15 residentes y cardiólogos en formación de subespecialidades. Aparte contamos con todo el personal de enfermería y administración.
El Servicio cuenta con las secciones de Hemodinámica e Intervencionismo cardíaco, Arritmias, Cuidados cardiológicos agudos e Imagen cardiaca, además del dispositivo de hospitalización. Asimismo, lidera la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y la de Fibrilación Auricular que involucran a otros servicios del Instituto Cardiovascular y de otros Institutos del hospital. La cardiología es actualmente una especialidad muy amplia y los cardiólogos que trabajamos en nuestro servicio tenemos perfiles muy distintos: algunos realizan una labor más clínica, otros una labor más intervencionista, pero trabajamos de manera conjunta porqué al final los pacientes requieren de un enfoque pluridisciplinar.
¿Qué hacéis más?
Atender a muchos pacientes, sobre todo con cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, enfermedades valvulares o arritmias. Nuestra actividad asistencial es muy intensa y el nivel de ocupación de camas es cercano al 100%.
¿Y qué hacéis mejor?
¡Espero que también sea atender a nuestros pacientes! Otra de las actividades que priorizamos es la investigación y la innovación, siempre con la mirada puesta en trasladar los resultados de nuestros estudios a mejorar la atención a nuestros pacientes.
¿Cómo cambiará la cardiología en los próximos años?
Sin duda continuará la explosión de nuevas alternativas tanto diagnósticas como terapéuticas que hemos experimentado en los últimos años. Ha sido uno de los campos de la medicina en que se ha innovado más.
¿Por ejemplo?
El desarrollo de las técnicas de diagnóstico por la imagen y de abordajes percutáneos para tratar cardiopatías que hasta ahora requerían cirugía en todos los casos. El reto está en ser capaces de integrar esta innovación con el manejo integral de los pacientes. Y para hacer esto necesitamos diferentes perfiles: cardiólogos, por supuesto, pero también geriatras, médicos de familia, internistas, anestesiólogos, cirujanos... Es imprescindible que trabajemos en equipo para poder aportar el tratamiento más adecuado a los pacientes según su perfil y sus necesidades. En ese sentido, hemos de ser capaces también de escuchar a los pacientes y hacerlos partícipes en la toma de decisiones.
Hemos de ser capaces también de escuchar a los pacientes y hacerlos partícipes en la toma de decisiones.
Y esto, ¿cómo se hace?
No es sencillo, pero el paciente debe tener suficiente información para que pueda participar en las decisiones que le afectan. Nos tenemos que sentar con el paciente y explicarle que para su problema concreto disponemos de diferentes alternativas con unas ventajas y unos inconvenientes. Debemos hacerle partícipe de la decisión que nosotros, como profesionales, consideramos que es lo mejor para él en este momento.
Estáis trabajando con ‘heart teams’. ¿Qué son exactamente?
Son equipos constituidos por expertos de distintas disciplinas que tienen relación con el problema cardiovascular que presenta el paciente: hemodinámica, cirugía, imagen, cardiología clínica… y entre todos valoramos y decidimos cual es la mejor opción. El paciente debe entender esta decisión y participar en ella con toda la información que nosotros le podamos proporcionar.
¿Qué papel tiene la tecnología en la relación con el paciente?
Un papel fundamental y el futuro es muy prometedor. Ahora mismo el abanico que tenemos de alternativas diagnósticas y terapéuticas es espectacular y, además, la tecnología no deja de mejorar: por ejemplo, los marcapasos, los desfibriladores cada vez son mejores y más pequeños… somos capaces de monitorizar el ritmo cardíaco de un paciente que está a cientos de kilómetros y detectar si presenta una arritmia sin que el paciente lo comuniqué ni tenga que venir a la consulta.
La tecnología está indicada para resolver un problema concreto, pero necesitamos una visión holística de lo que le sucede al paciente.
La tecnología ¿también tiene cosas negativas?
A veces sí. Una puede ser el coste -cada vez más alto- de los procedimientos que hacemos. Esto obliga a que nosotros, como profesionales, hayamos de actuar con responsabilidad y hacer una medicina eficiente. Y, por otra parte, el riesgo de que la tecnología nos haga perder de vista la figura del cardiólogo clínico y el médico de familia. La tecnología está indicada para resolver un problema concreto, pero necesitamos una visión holística de lo que le sucede al paciente.
Prevenir las enfermedades cardiovasculares es clave.
Sin duda, la prevención es clave para evitar problemas de salud cardiovascular y para que nuestro sistema de salud sea lo más sostenible posible. Además de nuestro trabajo como profesionales, los medios de comunicación también tienen un papel muy importante para divulgar los hábitos saludables en la sociedad. A nivel de políticas sanitarias también hay mucho recorrido, un ejemplo es el impacto que tuvo en el consumo de tabaco la prohibición de fumar en espacios cerrados – restaurantes, bares, trabajo…-. ¿Por qué no implementar algún tipo de normativa sobre las grasas trans, por ejemplo? ¿O iniciativas para promocionar el ejercicio físico? Necesitamos tomar acciones globales, de país, para abordar problemas relevantes como la obesidad o la diabetes.
¿Que sientes cuando te pones delante del paciente?
Cuando estoy delante del paciente intento disfrutar mucho del momento. Cuando estoy en la consulta, estoy con un paciente y le tengo que explicar las alternativas, como le podemos ayudar me aporta mucha felicidad… esta es la razón por la que yo estudié medicina. Es un momento que espero que no se pierda nunca y que sigamos con un trato cercano con los pacientes.
El corazón es un órgano muy ‘mágico’, no?
El corazón es un órgano muy interesante porque tiene la parte morfológica y funcional, con distintas cavidades que son capaces de contraerse y aportar oxigenación de todo nuestro cuerpo, y la parte eléctrica pues contiene células con capacidad para propagar el estímulo eléctrico que dar lugar a la contracción. Además, el corazón es un órgano conectado a nuestras emociones: cuando estás nervioso, enamorado… el corazón se taquicardiza. Es fascinante.