Muchos medios de comunicación han compartido la noticia sobre la curación de una persona con diabetes tipo 1, en relación con un artículo publicado en la revista Cell.
Siempre es una buena noticia leer avances en los tratamientos curativos de la diabetes. Aunque, en ocasiones, los medios pueden reflejar solo superficialmente el contexto en el que se encuentran estos trabajos de investigación.
En este caso, se ha hablado de la “primera curación de la diabetes” y esta afirmación no refleja la realidad. En el artículo, el grupo de investigación utiliza un nuevo protocolo para generar células beta productoras de insulina a partir de las propias células de la paciente. Justamente, las células beta pancreáticas son aquellas que no funcionan en las personas con diabetes. La implantación también se hace de un modo poco habitual: utilizan la pared abdominal en lugar del hígado, como se había hecho hasta ahora.
Esta paciente lleva actualmente más de un año sin necesitar la administración de insulina para mantener un control adecuado de los valores de glucosa en sangre. Esta es una gran noticia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta los detalles de este caso. En primer lugar, se trata de un único caso y sólo de un año de evolución. Debemos seguir aprendiendo de la experiencia en más casos y durante más tiempo.
Además, el caso es especialmente atípico. Se trata de una paciente con diabetes tipo 1 pero que presenta, además, una enfermedad grave del hígado por otra causa. Esto la obligó a someterse a un trasplante hepático por el que recibe un tratamiento inmunosupresor para minimizar el riesgo de rechazo del órgano.
Más aún, esta paciente ya fue sometida a un trasplante de páncreas solo 5 años después del diagnóstico, porque su diabetes era de muy difícil control. Durante los 2 años en los que el trasplante funcionó también se podría haber publicado que se “había curado”. Desgraciadamente, al cabo de este tiempo el trasplante fracasó y su situación se volvió inestable de nuevo. Por eso se plantearon incluirla en este proyecto experimental.
¿En qué fase se encuentra la investigación actual?
Diferentes estrategias previas como los trasplantes pancreáticos, reno-pancreáticos, de islotes, de progenitores hematopoyéticos o de otras células reprogramadas ya han curado casos de diabetes previamente. Aun así, estas técnicas aún dejan algunas cuestiones importantes a resolver, como el riesgo de rechazo y la reaparición de la diabetes. Para ello, se plantea, entre otras opciones, la modificación de las células trasplantadas o su encapsulamiento.
La gran ventaja de usar células propias del paciente es reducir este riesgo de rechazo y así evitar el tratamiento inmunosupresor, que tiene riesgos asociados importantes.
Por el contrario, usar células muy parecidas a las propias aumenta el riesgo de que reaparezca el ataque del sistema inmune contra el órgano o tejido productor de insulina.
Ambos escenarios están alterados en la paciente del artículo porque ya recibe tratamiento inmunosupresor por el trasplante hepático. Por tanto, el escenario del caso hace muy difícil la extrapolación a casos habituales de diabetes tipo 1.
Por todas estas razones podemos afirmar que esta no es realmente la primera cura de la diabetes y, además, aún no se puede extrapolar esta estrategia para número significativo de personas con diabetes tipo 1.
En resumen, está claro que la terapia celular de restauración de la secreción de insulina es una de las líneas más avanzadas para el tratamiento definitivo de la diabetes, pero de momento sólo se plantea en el campo de ensayos clínicos reservados a pacientes con una situación clínica compleja que, por suerte, cada vez es menos frecuente.
Informació documentada por:
Dr. Antonio Jesús Blanco, endocrinólogo del Instituto Clínic de Enfemedades Digestivas y Metabólicas.