Un estudio coordinado en el Hospital Clínic de Barcelona por los Dres. Manyalich, Revuelta y Diekmann, investigó qué factores de riesgo psicológicos influyen en la calidad de vida de las personas que han donado un riñón. El estudio contó con la participación de seis centros de trasplante de seis países europeos, en el contexto del proyecto “European Living Donor Psychosocial Follow-Up (ELIPSY Project)”
Esta investigación fue publicada recientemente en Scientific Report, una de las revistas de Nature. En ella, sesenta donantes de riñón completaron una batería de cuestionarios estandarizados que sirvieron para medir la calidad de vida, salud mental, estrategias de afrontamiento, personalidad y estatus socioeconómico de las personas donantes. El objetivo era determinar si las personas donantes experimentaban cambios psicosociales comparando su estado antes de la donación y un año después, así como el porcentaje en el que se producían estos cambios. Además, se tuvieron también en cuenta el estado de salud del receptor previo a la donación y el resultado del trasplante.
La mayoría de los donantes de riñón creen que ha valido la pena pasar por el proceso de donación y repetirían el proceso si pudieran o si fuera necesario. Aun así, un pequeño porcentaje estaría expuesto a alteraciones emocionales como depresión, ansiedad y fatiga, sobre todo si sus intereses en la donación no obtienen una respuesta directa y favorable. Estos hallazgos muestran que hay un margen de mejora en las prácticas actuales, especialmente en la evaluación psicosocial y el seguimiento de los donantes de órganos. Por otro lado, destaca la importancia de responder todas las posibles dudas del donante y asegurarse de que se sienta preparado para la donación.
El estudio detectó muy poca diferencia en los diferentes parámetros analizados en donantes respecto a la población general, con resultados muy positivos en todos los cuestionarios. Aun así, hubo un subgrupo de donantes, un 28% del total analizado, en los que se detectó un potencial riesgo de reducción de la calidad de vida en el primer año después de la donación. Este subgrupo incluía personas con más miedo de perder a la persona receptora si no se realizaba el trasplante de riñón y los que sentían un mayor compromiso para evitar su sufrimiento. Este subgrupo es el que expresó una sensación de necesitar más información sobre la donación y la cirugía, que podría incrementar el riesgo de un empeoramiento en el estado psicosocial después de la donación. El miedo de perder al donante también se vio incrementado.
Los estudios previos disponibles sobre resultados sociopsicológicos en donantes de riñón suelen ser retrospectivos, es decir no hacen un seguimiento. Además, se suelen hacer en un solo centro sanitario, y se suelen basar en opiniones de profesionales en lugar de cuestionarios estandarizados. Es por ello que sus conclusiones podrían estar más limitadas. Este trabajo, en cambio, presenta el valor añadido de ser un estudio prospectivo, de seguimiento a medio plazo y multicéntrico de varios países europeos.
Esta investigación, liderada por la Dra. Ana Menjívar y el Dr. Xavier Torres, y dirigida por el Dr. Ignacio Revuelta, ha contribuido a mejorar el proceso de donación de órganos en personas vivas a nivel europeo, y ha remarcado la importancia del seguimiento a los donantes de por vida. Haciendo evidente que este seguimiento no debe limitarse a los resultados médicos y quirúrgicos sino a toda la esfera como persona, incluyendo las variables psicosociales.
Autor: Dr. Ignacio Revuelta, Instituto Clínic de Nefrología y Urología