La información que existe sobre el efecto de los diferentes fármacos implicados en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es extensa, en cambio es escasa en cuanto al estilo de vida a seguir. Optimizar esta faceta del estilo de vida es una oportunidad para mejorar el pronóstico de la enfermedad. Se sabe que practicar ejercicio o evitar el tabaquismo son hábitos que claramente disminuyen el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares (ECV), pero se desconoce cuál es el efecto de la duración del sueño.
Estudios realizados en personas con diabetes tipo 2, muestran que dormir menos horas y con un sueño de peor calidad está relacionado con un mayor riesgo de obesidad, resistencia a la insulina y peor control glucémico, factores que aumentan el riesgo cardiovascular. Por tanto, la duración del sueño podría ser un factor que influyera en el exceso de mortalidad de las personas con DM2, mortalidad que se ha relacionado entre otras cosas con el sexo y la edad del paciente en el inicio de la diabetes. Sin embargo, hasta este momento no existe ningún estudio amplio que analice el papel del sueño sobre la mortalidad de las personas con diabetes tipo 2.
En el estudio de la universidad de Wuhan, en China, se analizaron los datos existentes en el National Health Interview Survey de Estados Unidos entre 2004 y 2013, una encuesta de salud voluntaria ligada al registro nacional de mortalidad en la que participaron más de 270.000 personas, de las que 24.212 tenían diabetes tipo 2. La encuesta recogió información respecto al sueño y la media de horas dormidas en un día y se estudió su relación con las principales causas de muerte.
En este estudio se observó que la mortalidad en las personas con diabetes tipo 2 era superior a la de la población sin diabetes. En las personas con DM2 la tasa de mayor mortalidad se observó claramente en los extremos de la duración del sueño. Concretamente el riesgo en las personas que dormían menos de 5 horas al día era del 24% y las que dormían más de 10 horas presentaban un riesgo del 83%, muy superior a aquellas que dormían 7 horas diarias. Esta asociación fue más pronunciada en los pacientes a los que se diagnosticó la diabetes en edad más temprana y los que tenían más tiempo de evolución de la enfermedad, sin importar el tipo de tratamiento farmacológico recibido, ya fuese con pastillas para disminuir el azúcar en sangre o con insulina.
Este es el primer estudio amplio y centrado en pacientes con diabetes tipo 2 en el que se demuestra que la insuficiente duración del sueño o su duración excesiva comportan un riesgo de mortalidad cardiovascular. El exceso de mortalidad en las personas con DM2 que duermen menos horas podría relacionarse con una mayor actividad del sistema nervioso simpático, que agravaría la resistencia a la insulina y consecuentemente la obesidad y la hipertensión. En el caso de aquellas personas que duermen más horas, el problema podría residir en una activación de los mecanismos de inflamación crónica. En cualquier caso, ambas situaciones son un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Aunque el trabajo se basa en cuestionarios autorreferidos y no analiza la calidad del sueño, plantea por primera vez un nuevo enfoque respecto al estilo de vida de las personas con diabetes tipo 2 que puede influir en su salud y modificar el pronóstico de la enfermedad. El control de la diabetes por parte del paciente es fundamental para conseguir una buena evolución. En este sentido, estudios como este indican que habría que añadir indicaciones sobre las horas de sueño a las recomendaciones de estilo de vida que se hacen hasta el momento.
Autor: Enric Esmatjes, endocrinólogo del Instituto Clínico de Enfermedades Digestivas y Metabólicas. Hospital Clínic de Barcelona.