La endometriosis es una enfermedad crónica hormono-dependiente que afecta entorno al 5-15% de las mujeres en edad fértil. Se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina y es una de las principales causas de dolor pélvico y de problemas reproductivos en la mujer. Se han propuesto distintos factores y teorías para explicar su origen, muchas coinciden en atribuirlo a un desequilibrio inflamatorio.
En muchas otras enfermedades crónicas, las modificaciones en el estilo de vida pueden ser de gran ayuda para la mejora de los síntomas. Por ello, varias líneas de investigación, llevadas a cabo tanto en modelos animales como en pacientes, han querido comprobar si ocurría lo mismo en el caso de las personas con endometriosis. En esta línea, existen estudios recientes sobre nutrición y endometriosis que sugieren que modificar la dieta es un factor que puede ayudar a disminuir la inflamación y, por lo tanto, puede ser útil como estrategia de prevención y control de la enfermedad.
Las frutas y verduras, los aceites de pescado, los productos lácteos ricos en calcio y vitamina D y los ácidos grasos Omega-3 son considerados alimentos antiinflamatorios y están probablemente relacionados con un menor riesgo de desarrollar endometriosis. Mientras que, hay otros alimentos como los productos ricos en grasas (especialmente grasas trans insaturadas), la carne roja y el alcohol que se consideran negativos, ya que aumentarían el riesgo de endometriosis.
En otros estudios, la dieta libre de gluten mostró un efecto positivo a la hora de disminuir el dolor en pacientes con endometriosis. Las dietas sin gluten se prescriben en pacientes con enfermedad celíaca (causada por una alteración del sistema inmune que produce inflamación en el intestino), entre los cuales, se ha demostrado que las mujeres tienen un mayor riesgo de tener endometriosis. Por lo tanto, este régimen alimenticio puede ser igualmente útil para tratar el elevado estado inflamatorio asociado con la endometriosis.
Actualmente, no existen correlaciones claras y directas entre los distintos alimentos y el riesgo de desarrollar endometriosis, por lo que no se puede establecer de forma definitiva una lista de alimentos permitidos o prohibidos. Aun así, en general, las recomendaciones van dirigidas al consumo de alimentos antioxidantes y en la medida de lo posible al seguimiento de una dieta mediterránea.
De cara al futuro, es necesario seguir investigando los distintos productos alimenticios que se consumen para comprender plenamente su influencia en el desarrollo o evolución de los síntomas de esta enfermedad. Solo, así, se podrá llegar a unas recomendaciones generales seguras y efectivas para las mujeres con endometriosis.
Autora: Meritxell Gràcia, Ginecóloga del Hospital Clínic