¿Qué es la ERC?
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) se caracteriza por un daño persistente en los riñones o una disminución de su función durante al menos tres meses. Este daño puede manifestarse como una reducción en la tasa de filtración glomerular (TFG), un indicador clave de la capacidad de los riñones para eliminar desechos y toxinas de la sangre.
Para evitar esta enfermedad, se recomienda seguir los siguientes 7 consejos:
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Control de la tensión arterial: La base para evitar la progresión de la enfermedad y así prevenir el requerimiento de otros tratamientos como la diálisis y trasplante renal.
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Control del peso: Por medio de la actividad física diaria y una dieta saludable. Un elevado índice de masa corporal es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de la enfermedad.
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Control de la glucemia: Es fundamental mantener un control óptimo de la glucemia mediante una alimentación saludable, ejercicio regular y seguimiento médico. La diabetes mal controlada puede dañar los riñones con el tiempo, por lo que es clave monitorear los niveles de azúcar y adherirse al tratamiento indicado.
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Control de la proteinuria: Es la presencia excesivamente alta de proteínas en la orina. Puede ser un signo temprano de la enfermedad renal. La detección temprana de la proteinuria es clave en la prevención. Se recomienda realizar análisis de orina periódicos, especialmente en personas con diabetes o hipertensión. Identificar y tratar la proteinuria a tiempo permite frenar el daño renal, mejorando el pronóstico y reduciendo el riesgo de insuficiencia renal.
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Evitar la automedicación: Evitar la automedicación es fundamental para prevenir la enfermedad renal crónica. El uso indiscriminado de antiinflamatorios y otros fármacos puede dañar los riñones de forma irreversible. Siempre consulta a un médico antes de tomar cualquier medicamento y sigue las dosis recomendadas para proteger tu salud renal a largo plazo.
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Evitar hábitos tóxicos: Como el alcohol, tabaco u otras drogas.
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Control de factores de riesgo cardiovasculares: Control de los niveles de colesterol, triglicéridos y tensión arterial, ya que, cuando la enfermedad renal progresa, también aumentan los sucesos relacionados con la enfermedad cardiovascular.
Un problema oculto
La enfermedad avanza de manera silenciosa, pero impacta significativamente la vida de millones de personas. Aproximadamente el 10% de la población mundial padece ERC, pero lo alarmante es que la mayoría no es consciente de su condición hasta que la enfermedad ha progresado a etapas avanzadas. Esta falta de diagnóstico temprano pone en riesgo no solo la función renal, sino también la salud cardiovascular y la calidad de vida de quienes la padecen.