El dolor de espalda es cualquier dolencia que se genera en cualquier nivel de la columna vertebral y es uno de los dolores más comunes de la población. Entre el 80-90% de las personas a nivel mundial experimentará dolor lumbar, al menos una vez en la vida, entre la edad de 20 y 50 años. Pese a su alta incidencia, existen algunos datos que la mayoría de las personas todavía no conocen:
- Existen otros tipos de dolor de espalda más allá de la lumbalgia.
La lumbalgia es como se conoce al dolor que afecta a la región lumbar o a la zona de la espalda comprendida entre la base de las costillas y el principio del muslo. Esta es la forma de dolor más frecuente y la más conocida, aunque no la única. La dorsalgia es como se conoce al dolor en la parte dorsal o en la zona comprendida entre la base del cuello y las últimas costillas. Finalmente, el dolor de la región cervical o cervicalgia, aunque no es tan frecuente como los dos anteriores, suele producir dolores y molestias considerables.
- El dolor de espalda es una de las principales causas de absentismo laboral.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA) que se realizó en el año 2020, los principales tipos de enfermedad laboral son debidos a problemas óseos, articulares o musculares que afectan a la espalda. El 26,4% de los encuestados declaró haber experimentado o haberse agravado esta dolencia en los 12 meses anteriores. Por otro lado, la zona de la espalda donde se produce el dolor también suele ser distinta según la profesión.
- El tabaquismo o algunas condiciones psicológicas, como la depresión y la ansiedad, pueden ser factores de riesgo.
El hábito tabáquico también puede afectar a la espalda, por lo que se considera un factor de riesgo. El tabaco evita que el organismo suministre suficientes nutrientes a los discos vertebrales y retrasa los procesos de recuperación a través de la reducción del flujo sanguíneo. Por otro lado, se ha observado como las personas propensas a tener depresión o estrés parecen tener más riesgo experimentar dolor de espalda. Otros factores de riesgo conocidos son la edad avanzada, la falta de ejercicio, el peso excesivo, malas posturas o experimentar alguna enfermedad como artrosis o cáncer.
- El dolor de espalda puede ir acompañado de otros síntomas y requerir una consulta inmediata con un profesional de la salud.
En algunos casos, poco frecuentes, el dolor de espalda va acompañado de otra sintomatología como problemas intestinales, fiebre o aparece tras una caída o golpe. En estos casos se recomienda consultar de manera urgente con un profesional sanitario. Normalmente el dolor de espalda mejora de forma gradual en unas pocas semanas, con ayuda del tratamiento necesario. Si el dolor se intensifica, se extiende a una o ambas piernas, provoca debilidad u hormigueo o va acompañado a de una pérdida de peso inexplicable, también debe consultarse con un especialista.
- Prevenir el dolor de espalda es sencillo y no requiere ir al gimnasio.
Para prevenir el dolor de espalda es suficiente con realizar actividades aeróbicas de bajo impacto como caminar o nadar. También se pueden hacer ejercicios para fortalecer músculos del abdomen y la espalda o para dar flexibilidad a las caderas y parte superior de las piernas. Es importante consultar con los profesionales de la salud para saber qué actividades son las recomendables en cada caso. Además del ejercicio, mantener un peso saludable, dejar de fumar y tener una buena postura también ayuda a prevenir el dolor de espalda.