Vivir con Vitíligo

Protección solar. El vitíligo puede hacer que las áreas afectadas sean más sensibles al sol. Por ello, se debe usar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (SPF) alto y ropa que cubra las áreas afectadas cuando se esté al aire libre, para proteger la piel del daño solar y prevenir quemaduras.

Aunque el tratamiento indicado para el vitíligo es la fototerapia, es importante aclarar que se aplica en dosis muy controladas y con incrementos graduales, procurando no dañar la piel. En cambio, la exposición a rayos ultravioleta sin protección y de forma no controlada es perjudicial para las personas con vitíligo, ya que no tienen protección natural y pueden quemarse fácilmente.

Alimentación equilibrada. Seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y promover la salud de la piel.

Practicar técnicas de control del estrés como la meditación, el yoga o la respiración profunda para reducir los niveles de estrés y mejorar la salud en general.

Ejercicio regular. El ejercicio regular no solo es beneficioso para la salud física, sino que también puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Se aconseja incorporar actividad física a la rutina diaria.

Descanso adecuado. Dormir suficiente es crucial para la salud general y puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud de la piel. Se recomienda mantener un horario de sueño regular y crear un ambiente propicio en el dormitorio.

Evitar el tabaco y el alcohol. Fumar y beber alcohol en exceso puede tener efectos negativos en la salud de la piel y en el sistema inmunológico. En caso de ser fumador, se recomienda dejar de fumar, y con respecto al alcohol, consumirlo con moderación.

No hacerse tatuajes. El vitíligo puede aparecer en áreas donde la piel ha sido dañada, como en el caso de los tatuajes.