Pruebas para diagnosticar las Metástasis Hepáticas

Historia clínica. Evaluación de la historia clínica del paciente.

Análisis de sangre. Incluye parámetros para valorar cómo funciona el hígado (AST, ALT, GOT, GPT, FA, Bilirrubina); la coagulación (una de las funciones del hígado) a través de Quick, TTP TTPA, INR, así como la síntesis de proteínas y marcadores tumorales son específicos de los diferentes tipos de cáncer (CEA que es más específico de tumores digestivos como el de colon y Ca 19.9 de otro tipo de cáncer como el de páncreas y de vía biliares).

Estudio de extensión. Son las diferentes pruebas que realizan para saber las partes del organismo afectadas por un cáncer: Tomografía Axial Computarizada (TAC); Resonancia Magnética (RM); Tomografía por Emisión de Positrones (PET).

Tomografía computarizada (TC o escáner). Es la prueba fundamental para realizar un diagnóstico inicial de metástasis hepáticas. Con esta prueba se puede tener una evaluación inicial muy detallada del número de lesiones existentes en el hígado, de su localización y de la afectación de estructuras imprescindibles para el funcionamiento del hígado (la vena porta, vena suprahepática, árbol biliar).

Resonancia magnética nuclear (RMN). Aunque no de forma sistemática, en ocasiones, se precisa la realización de esta prueba para completar hallazgos obtenidos en la TAC.

Tomografía por emisión de positrones-TAC (PET-TAC). Evaluación radiológico-metabólica tumoral. Es una prueba compleja que realiza un barrido de todo el cuerpo para diagnosticar metástasis en otras partes del cuerpo o, cuando existen dudas sobre si una lesión es o no una metástasis, es una manera adecuada para poder diferenciar entre una lesión maligna de una benigna.