8 de julio del 2024
Preguntas frecuentes sobre Ictus
¿Qué me pasa?
La mayoría de fibras nerviosas que salen del cerebro y controlan diferentes funciones del cuerpo, se cruzan a nivel cervical, de ahí que la afectación en cuanto a movilidad y sensibilidad ocurra en el lado opuesto al hemisferio cerebral afectado.
En los ictus isquémicos, la oclusión de una arteria se forma por la presencia de un trombo. La presencia de éste y la posibilidad de eliminarlo mediante un fármaco o una intervención es importante, sobre todo, en las primeras horas tras el ictus.
En los días siguientes, el hecho de que persista el trombo ya es menos importante, y tienen más relevancia otras cuestiones, como el estado neurológico del paciente, la aparición de complicaciones o los resultados de las exploraciones complementarias, orientadas a identificar la causa del ictus y el tratamiento preventivo más adecuado.
Aquellos pacientes con pérdidas de sensibilidad o de fuerza en un lado del cuerpo, también pueden sufrir dolor en esta zona. Esto no significa que los músculos estén dañados.
¿Qué pruebas me van a hacer?
La tomografía computarizada es una prueba diagnóstica que, a través del uso de rayos X, permite obtener imágenes radiográficas del interior del organismo en forma de cortes trasversales o, si es necesario, en forma de imágenes tridimensionales. La exploración por TC es rápida, indolora, no es invasiva y es precisa. En casos de emergencia, puede identificar lesiones y hemorragias internas lo suficientemente rápido como para ayudar a salvar vidas.
¿Qué tratamientos hay?
La capacidad de recuperación después de un ictus depende de muchos factores, pero los principales son la gravedad de la lesión inicial y de las alteraciones neurológicas que provoca el ictus y la edad. Por este motivo, las posibilidades de recuperación se deben valorar en cada caso.
Como dato orientativo la mejoría en la capacidad del habla suele darse ya en el primer mes tras el ictus, y la mejoría de la fuerza y de la capacidad de caminar suelen observarse en los primeros tres meses de recuperación. Después de este periodo de tiempo, sigue habiendo capacidad de mejoría, pero los cambios ocurren de forma más lenta.
Una persona que ha tenido un ictus tiene más riesgo de volver a sufrirlo que la población en general.
El riesgo depende sobre todo de la causa del ictus: son más frecuentes los ictus relacionados con arteriosclerosis grave de las principales arterias que los ictus originados por una fibrilación auricular que ha originado un trombo en el corazón. En cualquier caso, si el paciente sigue unos hábitos de vida saludables y la medicación necesaria, el riesgo de padecer un nuevo ictus baja de forma considerable.
La recuperación del sistema nervioso es lenta, por lo que es importante tener paciencia, ser persistente y adoptar una actitud positiva durante la rehabilitación. Se ha descrito que la recuperación es más rápida si: se inicia de forma precoz, si es de mayor intensidad y si está bien estructurada por profesionales de la salud, como fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, entre otros profesionales.
El contenido en vitamina K de su alimentación puede interferir en la eficacia del tratamiento, y favorecer tanto un exceso como un defecto de efecto anticoagulante. La mayor parte de la vitamina K procede de los alimentos de origen vegetal, especialmente hortalizas de color amarillo oscuro o verduras de hoja verde (espinacas, brócoli, repollo, endibias, espárragos, etc.). Estos alimentos no están prohibidos, pero se deben evitar cambios importantes en la alimentación que puedan alterar el control de la coagulación.
En general, después del ictus, se recomienda una alimentación basada en la dieta mediterránea, rica en frutos secos y aceite de oliva virgen extra. Aunque el aceite de oliva aporta más vitamina K que otros aceites es el más saludable en cuanto a evitar enfermedades vasculares.
Vivir después de un ictus
El regreso a casa normalmente se realiza cuando el paciente es mínimamente autónomo o depende de la supervisión de familiares o cuidadores. Para minimizar las secuelas es necesario seguir con la fisioterapia en el domicilio o en el ambulatorio. Según las secuelas puede ser necesario readaptar parte de la vivienda (baño, accesos, barandillas u otras medidas de seguridad). Existen ortopedias especializadas en pacientes neurológicos.
Aquellas personas que han tenido un ictus leve la recuperación es prácticamente completa. En pacientes con ictus moderados o graves el grado de recuperación depende del tamaño y del lugar de la lesión, y es más difícil lograr una recuperación completa. La evolución inicial también permite predecir el pronóstico: conforme transcurre el tiempo y se realiza la rehabilitación se puede definir qué tipo de secuelas pueden aparecer.
La normativa española regula las capacidades psicofísicas necesarias para conducir vehículos tras sufrir accidentes isquémicos transitorios y recurrentes. Tras un ictus, incluido un accidente isquémico transitorio, el paciente no debe conducir durante los primeros 6 meses, a la espera de su recuperación. Además, se debe aportar un informe del neurólogo en el que conste la ausencia de secuelas. Si el paciente está estable, sin la aparición de más ictus durante el seguimiento, y sus secuelas no limitan la capacidad de conducir, se recomienda pedir un informe a su especialista donde conste esta información y que sean evaluados en un centro psicotécnico acreditado. Los pacientes que tienen ataques isquémicos recurrentes no se les permite conducir vehículos.
En general, se suele recuperar la actividad sexual en los tres primeros meses tras el ictus. Existen muy pocas posibilidades de sufrir otro ictus mientras se realiza el acto sexual. Al inicio, tras un ictus, es comprensible que la actividad sexual permanezca en un segundo plano, dada la tensión y emociones fuertes que atraviesa el paciente. Sin embargo, a pesar de los miedos iniciales, la actividad sexual poco a poco se va recuperando lo que ayuda a mejorar la autoestima.
Hay que tener en cuenta que algunos de los problemas que pueden limitar la sexualidad después del ictus pueden ser tratados, por lo que no dude en comentarlos con su equipo médico.
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Publicado: 20 de febrero del 2018
Actualizado: 27 de diciembre del 2022
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