Preguntas frecuentes del Cáncer de Riñón

El pronóstico vendrá condicionado principalmente por el subtipo de cáncer renal y por la extensión de la enfermedad. En una enfermedad localizada, normalmente el tratamiento quirúrgico es curativo, pero aun así hay que hacer un seguimiento después, puesto que hay riesgo de recaída. Cuando la enfermedad está extendida a otros órganos, el objetivo del tratamiento es cronificar el cáncer y mantener la calidad de vida. 

No, actualmente después de la cirugía no hay ningún tratamiento que haya demostrado una reducción del riesgo de recaída de la enfermedad. A pesar de que en los estudios más recientes parece que la administración de inmunoterapia podría ser útil en este contexto. Hay diferentes ensayos clínicos evaluándolo.  

Lo que se entiende como quimioterapia clásica (la que es conocida por causar la caída del pelo) no es útil en el cáncer renal. Por este motivo, se han desarrollado otros tratamientos como los antiangiogénicos y la inmunoterapia, principalmente, que sí han demostrar un claro beneficio en el control de estos tumores.

El tratamiento del cáncer de riñón diseminado depende de múltiples factores, incluyendo el subtipo de tumor renal, el estado general del paciente, sintomatología de la enfermedad, la extensión de la enfermedad, otras enfermedades que pueda tener el paciente y la disponibilidad de los diferentes fármacos o de ensayos clínicos. Por este motivo, no se puede hacer una única recomendación y hay que individualizar la elección en función de las características del paciente.

Durante el tratamiento médico se realizarán pruebas de imagen de forma periódica que ayudarán a ver la evolución de la enfermedad, ver si hay una mejora en la medida de las lesiones, una estabilidad o un crecimiento de estas. En función de estos resultados y de la tolerancia al tratamiento se proseguirá con el tratamiento o se modificará su pauta.  

El estilo de vida vendrá condicionado por la sintomatología que pueda producir el cáncer, así como por los efectos secundarios del tratamiento. Hay pacientes que tienen que reducir su actividad y requieren más curas y otros que pueden mantener una vida activa e incluso reincorporarse a su actividad laboral.