Sheila tiene 29 años y vive en Santa Margarita de Montbui (Anoia). Desde allí comienza muchos de los entrenamientos diarios que debe realizar para ser una atleta de élite de carreras de montaña. Empezó a hacer atletismo y lanzamiento de jabalina cuando sólo tenía 10 años. Años más tarde, cuando ya estaba realizando la carrera de INEFC en la Universidad de Lleida, descubrió las carreras de montaña gracias a unos amigos de la facultad. “Allí pude conectar con la naturaleza y me enamoré de las carreras de montaña”, explica Sheila. “Correr es mi momento; requiere constancia y mucho esfuerzo, pero también da sus frutos”, resalta.
La carrera OCC del Montblanc es una de las carreras de montaña más exigentes del mundo y Sheila ya participó en 2019, pero tuvo que abandonar por unos problemas fuerte en las costillas. “creía que era flato y en el kilómetro 30 tuve que abandonar”, explica resignada. Este año, y después de muchos meses de preparación, pudo regresar. “Estuve entrenando un mes y medio sobre el terreno y me conocía el recorrido de memoria. No pensaba que iba a ganar, fue muy emocionante”.
No fue hasta que acudió a la Residencia Blume que le pudieron diagnosticar que sufre el síndrome de la costilla deslizante. Luego, fue a parar a la Unidad del Dolor del hospital Clínic Barcelona, dirigida por el Dr. Christian Dürsteler (Servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor), para intentar encontrar un tratamiento que le permitiera seguir practicando deporte y poder seguir ganando carreras de montaña. El Dr. Dürsteler le pudo aplicar un tratamiento innovador “que me relajaba la parte de la espalda y funcionaba muy bien para sumar kilómetros y entrenar sin tanto dolor”, confiesa Sheila.
Sheila explica que “correr con dolor es una limitación, pero te acabas acostumbrando”. Es un sufrimiento que se suma al sufrimiento de la carrera. Tener dolor y vivir con él requiere un sobresfuerzo mental muy importante, pero cuando corro me siento libre. Soy una afortunada en poder hacer lo que me gusta”, resalta.
El Dr. Christian Dürsteler es el jefe de sección del Dolor del Área Quirúrgica del hospital Clínic Barcelona y médico de Sheila y explica que el síndrome de la costilla deslizante, que ella tiene, conlleva un rozamiento de la costilla flotante que ocasiona un dolor muy intenso en movimiento repetidos”. El Dr. Dürsteler explica que “el caso de Sheila es un claro ejemplo del deportista con dolor. Todos los deportistas tienen relación con el dolor crónico. Entrenan con dolor y compiten con dolor”. Para poder tratar éste, y otros casos, es imprescindible un abordaje integral”. No sólo utilizamos fármacos o infiltraciones. También intervenimos en el aspecto social, psicológico que es clave para la recuperación del paciente”.
Sheila Avilés pasa muchas horas sola corriendo y su cabeza va dando vueltas y va pensando. “El pensamiento negativo o derrotista a veces aparece. El soporte psicológico y terapias psicológicas a revertir el pensamiento negativo son muy importante. Estas terapias también ayudan a revertir el dolor” explica el especialista en el tratamiento del dolor del Clínic.
El Dr. Christian Dürsteler se muestra partidario de que los deportistas den consejos a otros pacientes con dolor crónico puede ser una estrategia muy interesante. Aparte, como profesionales del tratamiento del dolor explica que a Sheila Avilés le han podido “hacer infiltraciones de la zona dolorida ecoguiadas con la utilización de ultrasonidos con técnicas innovadoras”. Además, explica “no podíamos utilizar algunos medicamentos por peligro a dopping y hemos tenido que ir muy alerta para que Sheila no diera positivo en ningún control. Esta premisa también nos ha complicado el trabajo”. "Hemos hecho un buen equipo y el resultado ha sido excelente", sentencia satisfecho el Dr. Christian Dürsteler.