Se espera que las mujeres experimenten felicidad y satisfacción, obviando no solo los profundos cambios que implica la maternidad, sino también los graves problemas de salud mental que pueden afectarlas.
Una de cada cinco mujeres sufrirá un problema de salud mental perinatal como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático o el trastorno obsesivo. Estos trastornos pueden afectar la capacidad de la madre para cuidarse y cuidar a su bebé, e incluso pueden interferir en cómo se establece el vínculo entre ambos. La aparición de una nueva patología o la descompensación de un trastorno previo, especialmente en el posparto, puede dificultar la transición hacia la nueva realidad de la maternidad para muchas de estas mujeres.
Problemas de salud mental en la etapa perinatal
A pesar de las cifras alarmantes, la falta de reconocimiento de la salud mental perinatal se refleja en diversos ámbitos. En los últimos años, revistas de prestigio como The Lancet han puesto el foco en las barreras para la detección y el tratamiento de los problemas de salud mental en la etapa perinatal, que parecen ser mayores que en otros periodos de la vida. El estigma está presente y se ve multiplicado en este periodo en el que se espera encontrar a una madre sana, feliz, capaz de todo y de cuidar por encima de todo. Pero, ¿quién cuida a las madres?
La detección precoz de los problemas de salud mental perinatal
El sistema sanitario no siempre está preparado para detectar estos trastornos de forma precoz, siendo necesarios circuitos de detección temprana, la formación de profesionales de la salud y de servicios sociales, y la creación de dispositivos especializados en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales perinatales. Por otro lado, muchas mujeres —y su entorno— no identifican que tienen un problema de salud mental, pensando que lo que les ocurre es normal y forma parte del cambio de rol. Demasiado a menudo, las madres no buscan ayuda por vergüenza o culpa, creyendo que no deberían sentirse así en un momento tan “feliz”, e incluso por temor a ser juzgadas como “malas madres”.
La salud mental perinatal no es un tema secundario, y sensibilizar a la sociedad y garantizar políticas públicas que protejan a las madres, a sus bebés y a las familias es un bien común. Como dice la Dra. Vivette Glover: mejorar el estado emocional de las madres es mejorar la salud de la sociedad.
Ninguna madre debería estar sola. Es necesario cuidar a todas las madres y, especialmente, a aquellas que atraviesan un problema de salud mental en un momento tan complejo.