Instituciones internacionales, como ONUSIDA y la OMS , han llegado a un compromiso con los estados para este año 2020. Se propusieron cumplir el reto 90/90/90, cuyos objetivos son los siguientes: para empezar, que el 90% de las personas con VIH estén diagnosticadas, por otro lado, que el 90% de las personas diagnosticadas con VIH reciban tratamiento antirretroviral. Y, finalmente, que el 90% de las personas en tratamiento logren la supresión viral.
Actualmente, para disminuir la transmisión del virus, los expertos recomiendan utilizar el preservativo junto otras herramientas. Es lo que se conoce como estrategias de prevención combinada entre las que se encuentran: la disminución del consumo de alcohol y otras drogas, la realización de test de VIH y de otras infecciones de Transmisión Sexual de forma periódica. En caso de haber tenido prácticas sexuales de riesgo, se recomienda tomar el tratamiento antirretroviral como prevención: Profilaxis Post-Exposición (PEP), Profilaxis Pre-Exposición (PrEP).
Además de los objetivos globales en materia de prevención, las organizaciones internacionales plantearon otras cuestiones sociales relacionadas con el VIH a las que también se debería prestar atención, ya que dificultan la prevención y el tratamiento de esta enfermedad. A nivel social, uno de los principales retos es hacer llegar los servicios de prevención como mínimo al 90% de las poblaciones clave. Por otro lado, reducir las desigualdades de género para mitigar el impacto del VIH en algunas poblaciones de mujeres especialmente vulnerables. También conseguir que las personas con VIH no reciban ningún tipo de discriminación, especialmente en entornos de salud, educación y trabajo.
En resumen, reducir las nuevas transmisiones, mejorar la detección y conseguir un seguimiento adecuado de las personas que viven con VIH resulta imprescindible para controlar y reducir esta epidemia. Para ello, es necesario dar una respuesta en materia de prevención y diagnóstico precoz especialmente, ya que los datos corroboran que la inversión en este sentido ha sido insuficiente hasta el momento. Solo así se conseguirá cumplir con los compromisos internacionales asumidos para 2020. De la misma forma, es importante mantenerlos y mejorarlos durante la siguiente década para poder llegar a cumplir los del 2030: cero nuevas infecciones, cero muertes relacionadas con el sida y cero discriminaciones.