Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), de las 10 principales causas de muerte en el mundo, 7 son enfermedades no transmisibles como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. El hecho de que muchas de estas enfermedades están estrechamente asociadas a la obesidad y que el estilo de vida tenga un gran impacto sobre su evolución, subraya la necesidad de adoptar buenos hábitos alimenticios.
En ese sentido, varios estudios han revelado el impacto de la dieta sobre la enfermedad cardiovascular: los estudios PREDIMED y PREDIMED-PLUS han demostrado que la adopción de una dieta mediterránea disminuye la aparición de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad. Además, PREDIMED-PLUS destacó también los beneficios para la salud de la dieta mediterránea en personas con sobrepeso, independientemente de si perdieron peso o no. Entre estas mejoras destacan una reducción de los niveles de colesterol y la incorporación del ejercicio físico en su rutina diaria.
La idea de que las dietas saludables favorecen la buena salud no es nada nuevo. Por ello, son necesarias iniciativas novedosas donde no solo se analice el efecto de una alimentación saludable, sino que también se potencien otros aspectos como el acceso a esta. Un ejemplo, podría ser facilitar la obtención de alimentos beneficiosos a precios más asequibles o el aprendizaje de técnicas de cocción saludable. Otro ejemplo es preparar la comida en casa. Publicaciones recientes, sugieren que cocinar en casa favorece el control del tamaño de las raciones, permite incluir ingredientes de mayor calidad y ayuda a mantener un patrón alimentario más saludable.
El papel de los profesionales de la salud
Otra dimensión para tener en cuenta y asegurar el éxito de estas innovaciones es que no estén dirigidas únicamente a pacientes, sino también a los profesionales de la salud. Iniciativas de la Universidad de Harvard y el Culinary Institute of America han descrito que los profesionales sanitarios que saben cocinar y tienen buenos hábitos alimenticios dan mejores consejos alimentarios a sus pacientes.
En base a estas evidencias, aparece un concepto que se ha introducido con fuerza durante los últimos años: la medicina culinaria. La medicina culinaria es un campo que reúne conocimientos de nutrición y habilidades culinarias. Tiene el objetivo de ayudar a los pacientes a mantener la salud y prevenir y tratar enfermedades relacionadas con los alimentos.
La medicina culinaria, podría ayudar a reducir la prescripción de fármacos en un futuro. Por lo tanto, se debe trabajar para que las nuevas estrategias aporten herramientas, tanto a profesionales como a pacientes, para alcanzar este reto y optimizar la salud de la población.
INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:
Dra. Violeta Moizé, Dietista-Nutricionista
Dr. Joan Fernando, Programa de Experiencia del Paciente