Un estudio publicado en 2022 en la revista The Lancet, reveló estas cifras alarmantes de muertes debidas a la resistencia a los antibióticos. Además, si se tienen en cuenta las muertes relacionadas indirectamente, la cifra se eleva a casi 5 millones. Des de hace ya varios años, la resistencia antimicrobiana es un desafío para la salud pública y afecta no sólo a los seres humanos, sino también a la salud animal y al medio ambiente.
La resistencia antimicrobiana es un proceso mediante el cual los microorganismos, ya sean bacterias, hongos o parásitos, desarrollan la capacidad de evadir los efectos de los antimicrobianos. Esto hace que las infecciones sean más difíciles de tratar, se alarga así la duración de las enfermedades y aumenta el riesgo de complicaciones graves e incluso de muerte. La causa principal de esta problemática radica en el uso inadecuado y excesivo de los antibióticos, lo cual ha reducido su efectividad contra muchas de las enfermedades infecciosas.
En respuesta a esta crisis, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó en 2015 el Plan de Acción Global contra la resistencia a los antimicrobianos. Este plan establece cinco objetivos clave: mejorar la concienciación, fortalecer la investigación, disminuir la incidencia de las infecciones mediante medidas de higiene y prevención, optimizar el uso de los antibióticos en la salud humana y animal y aumentar la inversión en nuevos fármacos, métodos de diagnóstico y vacunas.
Gracias a este plan de acción, se han alcanzado avances significativos. Un ejemplo destacado es el proyecto AMR EDUCare, cuyo objetivo es elaborar material de formación para más de 4.000 profesionales sanitarios en toda la Unión Europea, incluyendo a España, y en el que el hospital Clínic Barcelona participa activamente.
Además, se han implementado programas de vigilancia, como es el Sistema Global de Vigilancia de la Resistencia y el Uso de Antimicrobianos, para recopilar datos sobre la prevalencia de bacterias resistentes y compartir información entre países. Estos datos son fundamentales para mejorar las políticas de salud pública y responder de manera más rápida y efectiva ante brotes de infecciones resistentes.
Sin embargo, existe todavía una falta de avances significativos en el desarrollo de nuevos tratamientos antibacterianos para hacer frente al creciente problema de la resistencia a los antibióticos. Lo confirma el informe anual de la OMS del año 2021, dicho informe remarca que desde 2017, solo se han aprobado 12 antibióticos, de los cuales 10 pertenecen a clases ya existentes. Por lo que se está lejos todavía de satisfacer las necesidades mundiales.
En conclusión, la resistencia a los antibióticos representa un desafío urgente para la salud humana, animal y ambiental. Sin una acción coordinada a nivel mundial, puede existir un futuro en el que enfermedades infecciosas tratables podrían convertirse nuevamente en amenazas mortales. No obstante, gracias a los avances en la investigación, la educación y las políticas de salud, se puede abordar este problema de manera más efectiva. Es fundamental que cada persona asuma la responsabilidad de utilizar los antibióticos de manera prudente, para preservar la eficacia de estos medicamentos. Juntos, se puede garantizar un futuro más saludable para todos.
INFORMACIÓN DOCUMENTADA POR:
Dra. Victoria Ballén, bacterióloga, Investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)