La mortalidad intrahospitalaria de los pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) españolas durante la pandemia fue del 31% y los factores asociados al peor pronóstico se asocian a la necesidad de ventilación mecánica, la edad, la gravedad inicial, EPOC asociada, el descenso de las plaquetas y el aumento de la creatinina comparando los días 1 y 3 de ventilación artificial. Estas son las principales conclusiones del proyecto Factores de riesgo y pronóstico de pacientes infectados por COVID-19 y seguimiento a un año de los enfermos ingresados en las UCI españolas (CIBERESUCICOVID), desarrollado por investigadores del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y coordinado desde el Hospital Clínic-IDIBAPS, por el neumólogo líder del grupo Investigación aplicada en infecciones respiratorias y enfermo crítico, Antoni Torres.
El proyecto forma parte de las investigaciones puestas en marcha a través del Fondo COVID-19 a lo largo del año 2020 y gestionado por el ISCIII, y recibió una financiación total de 1.750.000 euros. Ha contado, asimismo, con el apoyo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), así como la participación del Barcelona Supercomputing Centre (BSC).
CIBERESUCICOVID, que inició en febrero de 2020 y finaliza el 31 de diciembre de 2021, ha contado con la participación de más de 5.700 pacientes, ingresados en 69 UCI españolas, y ha analizado 1.068 muestras de sangre para los estudios de epigenética y biomarcadores. Entre sus conclusiones destaca el dato de la mortalidad al año del alta hospitalaria, pues, según los resultados, fallece el 1% de los pacientes que habían estado en cuidados intensivos. Asimismo, los investigadores del CIBERES también han identificado la adquisición de una neumonía intrahospitalaria durante el ingreso como un factor asociado con la persistencia de síntomas de coronavirus a los tres meses. “Hemos estudiado el efecto sobre la mortalidad intrahospitalaria de los corticoides encontrándonos diversos fenotipos en los que en los que no se observa un beneficio dependiendo de la edad, la gravedad inicial, el estado inflamatorio y la ausencia de linfopenia. Nuestros resultados, por lo tanto, ayudarán a definir qué pacientes graves deben recibir corticoides”, explica Torres.
Falta de control en la replicación del virus, la clave
En la enfermedad crítica por COVID-19, el sistema inmunitario no es capaz de controlar la replicación del virus. En consecuencia, el material del virus se extiende por el torrente sanguíneo, mientras que la respuesta del huésped se altera, hecho que se asocia a peor pronóstico.
Según indica el investigador del CIBERES Jesús Bermejo, que también ha participado en el proyecto, “los niveles altos de ARN vírico en plasma, la presencia de las proteínas del SARS-CoV-2 en la sangre, lo cual refleja un pobre control de la replicación del virus con daño en la barrera alveolo-capilar, y los bajos niveles de anticuerpos anti-S son predictores de mal pronóstico, pero también potenciales marcadores de enriquecimiento predictivo para guiar mejor los tratamientos con antivirales o anticuerpos monoclonales en esta enfermedad”.
Los cuadros clínicos graves muestran perfiles característicos tanto en plasma como en aspirados bronquiales, que proporcionan información molecular sobre los mecanismos que median el deterioro del paciente crítico y “surgen como herramientas útiles en toma de decisiones clínicas”, indica, asimismo, Torres.
Del mismo modo, las alteraciones pulmonares funcionales y estructurales en los supervivientes de cuadros clínicos graves de COVID-19 se asocian con patrones sanguíneos transcriptómicos y proteómicos específicos, por lo que los mecanismos multifactoriales vinculados a estos perfiles constituyen la base para el desarrollo de estrategias terapéuticas.
El proyecto CIBERESUCICOVID ha sido el punto de partida del desarrollo de la patente “In Vitro Method For Predicting Mortality In Covid-19 Patients”. Sus resultados se han visto reflejados en 18 publicaciones científicas, como la publicada en Journal of Internal Medicine el pasado octubre, se han presentado en 9 congresos y jornadas nacionales e internacionales y han contado con gran difusión mediática nacional e internacional.