Diferentes estudios han demostrado que en el lenguaje se encuentra el núcleo de la percepción social, la identidad personal y los estereotipos. En las personas con diabetes la forma de comunicación juega un papel importante en el compromiso, la conceptualización de la diabetes y los resultados del tratamiento y el bienestar psicosocial.
La Asociación Estadounidense de Educadores en Diabetes (AADE) junto con la Sociedad Americana de Diabetes (ADA) han elaborado un artículo resumen de las recomendaciones en el uso del lenguaje para profesionales sanitarios. Estas recomendaciones cual es la mejor forma de dirigirse a los pacientes. Asimismo, recomiendan cómo hablar sobre la diabetes a otros profesionales y al público en general.
El grupo de trabajo recomienda basarse en tres principios clave en la comunicación con y sobre las personas con diabetes. Para empezar, tener en cuenta que la diabetes es una enfermedad compleja y que vivir con ella y con su tratamiento es una experiencia que involucra muchos factores y variables. Por otro lado, hay que evitar perpetuar el estigma que históricamente se ha vinculado al diagnóstico de diabetes, que puede contribuir al estrés y a sentimientos de vergüenza y juicio. Y por último y como recomendación principal, utilizar siempre un lenguaje que facilite el empoderamiento del paciente, que se base en las fortalezas de la persona. Esta simple acción puede mejorar la comunicación y mejorar la motivación, la salud y el bienestar de las personas con diabetes.
Para ello, los investigadores proponen cambios concretos en el lenguaje. Estas sugerencias se focalizan en reemplazar el lenguaje con connotaciones potencialmente negativas. De esta manera, se recomienda referirse a los pacientes como personas con diabetes y no como diabéticos, para evitar etiquetar a alguien como una enfermedad. También se propone sustituir imperativos como “debe hacer” o “no tiene que hacer” por sugerencias, para evitar así el paternalismo. Finalmente, los investigadores recomiendan hablar de “reducir riesgos” en lugar de “prevenir” para intentar que las personas no se sientan culpabilizadas si después de su esfuerzo desarrollan complicaciones.
Este trabajo supone una oportunidad de reflexionar para los profesionales de la salud sobre el lenguaje utilizado con relación a la diabetes. El lenguaje es el principal vehículo para compartir el conocimiento y la comprensión de conceptos. Las palabras se transforman inmediatamente en significados cuando las personas escuchan o leen, y esos significados pueden afectar la forma en que una persona se ve a sí misma. Utilizar un lenguaje educativo y que empodera fomentan el aprendizaje y una mejor toma de decisiones en personas afectadas por esta compleja enfermedad.