Las aplicaciones para teléfonos inteligentes (Apps), diseñadas para ayudar a encontrar parejas sexuales ocasionales, tienen el potencial de impactar en la salud y el comportamiento sexual.
En concreto, se ha estudiado el comportamiento de los hombres que tienen sexo con otros hombres a la hora de usar estas aplicaciones. Se ha observado que estos usuarios tienen un número significativamente mayor de parejas sexuales y una mayor prevalencia de infecciones de transmisión sexual (ITS), en comparación con los no usuarios. Sus encuentros sexuales implicaron, con elevada frecuencia, relaciones anales sin protección y prácticas seroadaptativas (limitar las prácticas sexuales a aquellas de menor riesgo si un miembro de la pareja tiene VIH o si no se conocen con certeza los estados serológicos).
Además, otra de las relaciones que se observó en los hombres que usaron estas Apps durante más de un año fue un consumo más frecuente de drogas recreativas asociadas a la actividad sexual.
Más allá del uso de Apps, existen diversos factores de riesgo que también se relacionaron con el consumo de drogas al mantener relaciones sexuales como: ser del sexo masculino, tener actividad bisexual u homosexual y haber mantenido la primera relación sexual a una edad menor de 16 años.
Para frenar esta tendencia son necesarias actuaciones a nivel sanitario que favorezcan la práctica del sexo seguro y la prevención del consumo de drogas, especialmente dirigidas a los usuarios de estas aplicaciones. Las campañas o acciones deberían abordar las relaciones sexuales anales sin protección, remarcando el uso necesario del preservativo, así como promover la realización frecuente de pruebas para el VIH entre las personas que buscan parejas para relaciones sexuales anales sin protección en línea.
Las conclusiones obtenidas hasta el momento señalan el uso de aplicaciones para citas como un factor de riesgo emergente del abuso de drogas y la transmisión de ITS. Sin embargo, se necesitan más estudios para comprender plenamente la relación entre esta tecnología y sus posibles riesgos para la salud sexual.
Autora: Irene Fuertes, dermatóloga del Hospital Clínic