El trastorno bipolar es un trastorno crónico del estado de ánimo con una prevalencia de más del 2% de la población. Se asocia a una pérdida sustancial de la esperanza de vida, de entre 10 y 20 años menos. La causa principal de esta reducción en la presencia de otras enfermedades, entre las que destacan las enfermedades cardiovasculares, la demencia o el cáncer.
En cuanto al tratamiento farmacológico del trastorno bipolar, el litio es uno de los principales medicamentos efectivos. Además, el tratamiento con litio se ha asociado con un efecto protector de varias enfermedades, incluyendo el deterioro cognitivo y la demencia, las fracturas por osteoporosis, el ictus, así como sobre el suicidio. Aun así, el papel del tratamiento con litio sobre el riesgo de cáncer, especialmente cáncer del tracto urinario, continúa siendo controvertido.
La Unidad de Trastornos Depresivos y Bipolares, liderada por el Dr. Vieta, ha examinado en un estudio el riesgo de cáncer en personas con trastorno bipolar, así como el papel del tratamiento con litio en esta interacción. El estudio realizado, una revisión sistemática, incluye datos de más de 4,5 millones de personas, 59.000 de ellas con trastorno bipolar y 4.500 personas tratadas con litio.
El estudio revela que las personas con trastorno bipolar tienen un aumento del riesgo de sufrir cáncer, aproximadamente de un 20%. Este riesgo es especialmente elevado (alrededor de un 30%) si consideramos el cáncer de mama en mujeres con trastorno bipolar.
Las razones que contribuyen a una mayor prevalencia de cáncer son diversas y complejas. Influyen las dificultades de acceso a los servicios de prevención y tratamiento primarios de salud y el aislamiento social. Además, gran parte de las personas con trastorno bipolar suelen tener unos hábitos de vida menos saludables, con mayor consumo de sustancias como el tabaco o el alcohol, una vida sedentaria o la realización de dietas inadecuadas, entre otros. Así mismo, existen interacciones fisiopatológicas comunes entre el trastorno bipolar y el cáncer, entre las que destacan alteraciones hormonales, inmunitarias e inflamatorias, que provocan un “envejecimiento acelerado”, así como una predisposición genética y epigenética entre ambas enfermedades.
Además, el estudio evidencia que el tratamiento con litio no aumenta el riesgo de sufrir cáncer de ningún tipo, incluyendo cáncer del tracto urinario. Es más, los resultados del estudio señalan un posible efecto protector del tratamiento con litio del riesgo de sufrir cáncer, aproximadamente de un 5%.
El efecto protector del tratamiento con litio sobre el cáncer se debe a los efectos de esta molécula en las células. Por ejemplo, el litio modula el estrés oxidativo, la inflamación, la disfunción mitocondrial y la homeostasis celular, procesos muy vinculados al envejecimiento y al estrés que pueden favorecer la aparición de células cancerígenas. Así mismo, el litio inhibe la enzima GSK-3, involucrada en múltiples funciones celulares como la traducción del ADN, que regulan la organización y la supervivencia de las células.
Este estudio pone de manifiesto un aumento considerable del riesgo de cáncer en la población con trastorno bipolar. Esto destaca la necesidad de implementar programas de prevención de los factores de riesgo de cáncer en personas con trastorno bipolar (prevención primaria), así como programas de detección precoz de cáncer en esta población, especialmente el cribaje del cáncer de mama en mujeres con trastorno bipolar (prevención secundaria). Este trabajo también refuerza el rol del tratamiento con litio como el tratamiento principal del trastorno bipolar. Se añade a los ya demostrados efectos beneficiosos del litio un potencial protector del riesgo de cáncer.
Autores: Dr. Gerard Anmella y Dr. Eduard Vieta, Unidad de Trastornos Depresivos y Bipolares, Servicio de Psiquiatría y Psicología, Hospital Clínic de Barcelona.