Los niños nacieron con una poliquistosis renal autosómica, un trastorno hereditario que provoca el desarrollo de quistes dentro de los riñones y causa una pérdida lenta y progresiva de la función renal, por lo que se hace necesario el trasplante a largo plazo.
El equipo médico del Servicio de Nefrología del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona que los atiende, liderado por Álvaro Madrid y Marta Jiménez, planteó la opción del trasplante renal a la familia de los pacientes en marzo de este año, ya que, con solo 11 años, sus riñones presentaban un funcionamiento de tan solo el 10%.
En un primer momento, los profesionales consideraron la opción de implantarles un riñón de donante vivo del entorno familiar de los niños. "Como los padres son del mismo grupo sanguíneo, la idea inicial era que uno de los progenitores pudiera donar un riñón a uno de los niños y el otro progenitor, al otro. Pero al realizar las pruebas de estudio para ser donantes, vimos que la madre sí podía ser donante, pero no el padre y el resto de familiares no eran compatibles. Esta situación nos planteaba un gran dilema ético; no podíamos trasplantar sólo a uno de los dos niños cuando se encontraban en una situación clínica idéntica. No había ningún criterio objetivo que nos indicara que uno requería el trasplante de manera más urgente que el otro”, relata el jefe del Servicio de Nefrología de Sant Joan de Déu, Álvaro Madrid.
Una vez descartada la donación en vida, el equipo médico optó entonces por el donante fallecido e inscribieron a los dos niños en la lista de espera de la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT). Gracias a la generosidad de una familia y a la organización de todo el operativo por parte de las oficinas de coordinación de la ONT y de la OCATT, los dos menores pudieron trasplantarse simultáneamente poco después.
En pocas horas, los dos niños entraban en quirófano –primero, uno, y al acabar este trasplante, el otro- para recibir su nuevo riñón. En la intervención quirúrgica participó la cirujana del Hospital Clínic de Barcelona Mireia Musquera, que forma parte del equipo del Servicio de Urología de este centro que dirige Antonio Alcaraz. También han estado implicados por parte del Clínic Antoni Vilaseca i Mònica Peradejordi.
Los hermanos han permanecido ingresados juntos en todo momento. Superaron algunas complicaciones y evolucionaron de manera favorable. Actualmente, solo requieren control ambulatorio.
El Servicio de Nefrología del Hospital Sant Joan de Déu es referente en trasplantes renales infantiles. Forma parte de la XUEC o Red de Unidades de Experiencia Clínica en nefrología infantil.
En 2020, fue reconocido por la International Pediatric Nephrrology Association (IPNA) como uno de los 40 servicios de nefrología infantil del mundo acreditados para formación especializada (Fellowship Training Center) y desde hace tres años imparte un máster de nefrología infantil junto con la Universidad de Barcelona.