Una labor realizada por el Instituto Clínic de Nefrología y Urología, dirigido por la Dra. Rosa Ramos. El equipo del Servicio de Urología ha estado liderado por el Dr. Antonio Alcaraz y el seguimiento y control por parte del Servicio de Nefrología ha estado liderado por el Dr. Federico Oppenheimer i el Dr. Fritz Diekmann, jefe de sección de trasplante renal.
Un sexto trasplante de riñón implica un alto nivel de calificación en la técnica quirúrgica ya que existe menos espacio para la colocación de los nuevos órganos ya que a menudo, como ocurrió en este caso, se retiró uno de los riñones dañados y sin función para poder tener espacio.
El hecho de que un paciente se haya sometido a un sexto trasplante puede provocar que exista un mayor riesgo de rechazo ya que el paciente ha estado expuesto a más antígenos de otros donantes (vivo o cadáver). Los pacientes con múltiples trasplantes, como es el caso, requieren a menudo regímenes de inmunosupresores más intensivos y complejos para prevenir el rechazo y esto aumenta el riesgo de efectos secundarios graves. En definitiva, un sexto trasplante renal presenta desafíos inmunológicos significativos que requieren una planificación meticulosa, un cuidadoso manejo del tratamiento inmunosupresor y una estrecha colaboración entre el equipo médico y el paciente para maximizar las posibilidades de éxito.
El trasplante de riñón
El trasplante de riñón es un procedimiento para implantar un riñón sano en una persona con una enfermedad renal crónica. La función principal del riñón es filtrar la sangre para depurar las toxinas, regular el agua y sales del organismo, reabsorbiendo lo necesario y excretando el resto en forma de orina. La duración del nuevo órgano trasplantado no es ilimitada y suele estar entre los 10-15 años. En esta ocasión, después de 5 trasplantes de cadáver previos el paciente recibió el sexto trasplante de donante vivo hace 7 meses. Actualmente, el paciente presenta una función renal óptima y hace vida normal.
Habitualmente, durante la cirugía, el equipo de urología coloca el nuevo riñón en la parte inferior del abdomen (generalmente en el lado derecho), a través de una incisión. Entonces, conecta la arteria y la vena del riñón a los vasos ilíacos, arteria (vasos que llevan la sangre oxigenada) y vena (sangre que viene de las piernas y va al corazón) del receptor. Posteriormente, se realiza la conexión del uréter (conducto que lleva la orina) a la vejiga urinaria.
Por el Dr. Antonio Alcaraz, jefe de Servicio de Urología del Hospital Clínic Barcelona “este tipo de trasplantes demuestran la gran capacidad que tiene un hospital como el nuestro para poder realizar cirugías de estas características”. "El paciente gana mucha calidad de vida con un trasplante, y más, si es de donante vivo", explica.
Otro factor a destacar en el éxito de los trasplantes es la prevención de un posible rechazo del órgano trasplantado. Cuanto mejor sea la compatibilidad inmunológica entre donante y receptor, menor probabilidad de presentar rechazo. También es esencial establecer un tratamiento inmunosupresor adecuado al riesgo inmunológico. Este riesgo es mayor cuantos más trasplantes previos hayan fracasado. Por su parte, el Dr. Federic Oppenheimer, nefrólogo del paciente “no se puede perder la esperanza si existe el rechazo de un órgano trasplantado, en este caso, el riñón. Un trasplante renal de donante vivo siempre debe considerarse como la mejor opción, incluso y especialmente en casos muy complejos”.
Por el Dr. Fritz Diekmann, jefe de Sección de Trasplante renal, “la vigilancia de un equipo multidisciplinar en los trasplantes es clave para una buena recuperación del paciente. Somos capaces de acompañar al paciente durante toda la vida y trabajamos para que tenga la mejor calidad de vida”.
El sexto trasplante de Sergio
En el caso del paciente, Sergio Hijano tiene 46 años. Cuando nació, Sergio tenía una necrosis cortical neonatal que es la muerte del tejido de la capa externa de uno o ambos riñones. La necrosis cortical está causada por una obstrucción de los vasos sanguíneos que llevan sangre en los riñones. Sergio recibió un primer trasplante de donante cadáver en 1985 y solo le funcionó dos años. Después de 5 trasplantes de cadáver en otros centros se planteó la posibilidad de realizar un sexto trasplante, pero en este caso de donante vivo y en el Hospital Clínic Barcelona. Su hermano le dio un riñón y el trasplante fue justo antes de Navidad de 2023.
Su mujer, Mònica, también está trasplantada desde hace 22 años en el Clínic. Se conocieron haciendo dialisis.