El Hospital Clínic de Barcelona realizó el primer trasplante de páncreas en España en el año 1983, siendo líder nacional en número de procedimientos realizados al año desde entonces, con un total acumulado de más de 650 trasplantes. En la actualidad es Centro de Referencia del Sistema Nacional de Salud (CSUR) para el trasplante simultáneo de páncreas-riñón de cinco comunidades autónomas y de Andorra. En varias ocasiones es necesario el trasplante de ambos órganos ya que el riñón queda afectado, también, fruto de las complicaciones que la diabetes provoca en el páncreas. En total, en el Clínic se han practicado 24 trasplantes de riñón y páncreas, desde principios de año.
El trasplante de páncreas es una alternativa de tratamiento para los pacientes con diabetes mellitus insulino-dependiente (Tipo 1). El trasplante de páncreas se realiza una cirugía compleja en la que se implanta el páncreas completo de un donante muerto en el abdomen del paciente. Dado que una complicación frecuente de la diabetes es la insuficiencia renal crónica, generalmente el trasplante pancreático se realiza simultáneamente con el de riñón (89%), o bien se trasplanta el páncreas a pacientes con un trasplante renal previo (10%). También hay casos especiales en los que únicamente se trasplanta el páncreas aislado (1%).
La experiencia de tres pacientes trasplantados
Ramon ha vuelto a reír
Ramon hace 7 meses que se sometió a un trasplante de riñón y páncreas en el Clínic. Hace 26 años que le diagnosticaron una diabetes tipo 1, que le provocó que en varias ocasiones tuviera que ingresar en el hospital por culpa de graves bajadas de azúcar. Incluso llegó a perder el conocimiento en alguna ocasión. Su diabetes “tan descontrolada” empezó a afectarle al riñón y tuvo que empezar a hacer sesiones de diálisis día sí, día no. Ramon confiesa que "cuándo lo pasaba peor era después de las sesiones de diálisis y que sólo me encontraba bien los días que no hacía".
Ramon recibió una llamada del Clínic a las 3 de la madrugada diciendo que existía la posibilidad de hacerle el trasplante. La operación fue bien. “He podido volver a andar, a comer y a reír, había perdido incluso la sonrisa”, explica emocionado.
Maria Josep tenía claro que su enfermedad no le marcaría la vida.
Maria Josep tiene 57 años y hace 23 años que un equipo del Clínic le hizo un trasplante de riñón y páncreas. Cuando sólo tenía 15 años le diagnosticaron diabetes tipo 1. Ella recuerda que esa época fue “muy dura e incluso debía pincharme 4 veces al día”. Pero María Josep quería seguir haciendo su vida y tenía muy claro que “mi vida no iría en función de la diabetes. No quería depender de la enfermedad”.
Cuenta que en esa época, finales de los 90, los móviles empezaban a aparecer y que, finalmente, le regalaron uno. "Solo tenía guardados los teléfonos de mi madre, de mi hermana y del Clínic", explica. Cuando la llamaron para que acudiera al hospital a someterse a un trasplante no pasó ni por casa y se fue corriendo. 13 años después de aquella intervención "he recuperado libertad y mis complicaciones por culpa de la diabetes se han estabilizado o desaparecido" concluye.
Laura ya puede empezar a hacer planes de futuro
Este mes de septiembre Laura recibió un trasplante de riñón y páncreas. Por fin, puede empezar a hacer planes de futuro después de haber estado 17 meses realizando sesiones de hemodiálisis. Laura tenía que vigilar qué comía y bebía y apenas orinaba. "Después de cada sesión de diálisis estaba agotada", explica todavía desde la cama recuperándose de la intervención, pero con una sonrisa en la cara.
Laura confiesa que “cuando vi a mi padre llorar porque había llegado el día del trasplante te das cuenta de lo que sufre la gente que te quiere y tienes alrededor”. Ahora no piensa en cómo estará con 50 o 60 años, “los problemas de la diabetes se han detenido y ahora empiezo una nueva vida. Soy optimista de cara al futuro”, explica emocionada.
Un procedimiento complejo y que requiere mucha coordinación
El trasplante de riñón y páncreas es un procedimiento complejo que requiere la participación de distintas disciplinas. Para la Dra. Joana Ferrer, cirujana del Servicio de Cirugía General y Digestiva del Clínic "este tipo de trasplantes constituye la única terapia que ha demostrado su efectividad", sin embargo, el Dr. Ramon Rull, también del Servicio de Cirugía General y Digestiva, explica que “debemos valorar si este órgano es realmente óptimo para el receptor. Es una técnica muy compleja y en un momento debemos decidir si llevamos adelante el trasplante o no”. La Dra. Ferrer concluye que “la supervivencia del injerto y del paciente ha mejorado, y esto ha sido gracias a la mejora del protocolo de inmunosupresión, a la técnica quirúrgica y en el manejo preoperatorio del paciente. El trasplante mejora mucho la calidad de vida del paciente, esto es innegable”.
Otros profesionales implicados en todo este proceso son los endocrinólogos y nefrólogos. El Dr. Antonio Amor, del Servicio de endocrinología y nutrición del Clínic es uno de los encargados de seleccionar al candidato ideal para el trasplante y comprobar la diabetes tipo 1, o tipo 2 con baja reserva pancreática, para que puedan beneficiarse de este procedimiento. El Dr. Amor también explica que "hacemos el seguimiento de algunos pacientes que la función del páncreas se va deteriorando y vemos cuál puede ser el mejor tratamiento".
Por su parte, el Dr. Frederic Cofan, del Servicio de nefrología y trasplante renal resalta que “un doble trasplante, de riñón y páncreas permite que el paciente se deje de poner insulina, no es necesaria la diálisis, evita lesiones cardiovasculares, existe una mayor supervivencia y estabiliza lesiones oculares, tan importantes en algunos pacientes diabéticos”.
El trasplante de páncreas:
El trasplante de páncreas es una alternativa de tratamiento para los pacientes con diabetes mellitus insulino-dependiente (Tipo 1). En el trasplante de páncreas se realiza una cirugía compleja en la que se implanta el páncreas completo de un donante muerto en el abdomen del paciente.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre. Para los pacientes con diabetes mellitus el estricto control de la glucemia es fundamental para prevenir las complicaciones crónicas, como la enfermedad renal crónica (afectación de los riñones), la retinopatía diabética (enfermedad de los ojos), o la neuropatía diabética (enfermedad de los nervios).
El principal objetivo del trasplante de páncreas es implantar en el receptor células que producen la cantidad de insulina estrictamente necesaria para cada momento. Los pacientes con un trasplante de páncreas funcionando son asimismo capaces de mantener valores normales de glucemia sin necesitar de cualquier otro tratamiento para la diabetes. Un injerto pancreático funcionante es capaz de producir insulina en función de las demandas metabólicas de cada paciente, estableciendo un estado euglicémico, que permite alcanzar unos valores normales de hemoglobina glicada (HbA1c) sin episodios críticos de hipoglucemia.