Un equipo de investigación del Servicio de Neonatología del Hospital Clínic – que pertenece al Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON)- ha desarrollado un algoritmo de diseño de una mascarilla individualizada para la ventilación no-invasiva de neonatos imprimida con tecnología 3D. Esta mascarilla, a diferencia de la mayoría de mascarillas estandaritzades que hay al mercado, se adapta de manera personalizada a la cara del neonato. De este modo se solucionan dos de los problemas más frecuentes de los bebés que necesitan ventilación no-invasiva: disminuyen tanto los escapes de aire y las temidas úlceras por presión de la piel.
El equipo, liderado por el Dr. Óscar Garcia-Algar, jefe del Servicio de Neonatología, está formado por la Dra. Cristina Borràs-Novell y el ingeniero biomédico Mario García Causapié. El Dr. Garcia-Algar explica que las mascarillas nasales que hay al mercado tienen unas medidas muy estandarizadas y, al tratarse de neonatos generalmente prematuros, nunca se acaban de adaptar lo suficientemente bien a las características anatómicas de cada cual. "Esta dificultad impulsó al equipo a buscar posibles soluciones y a trabajar codo con codo con la Dirección de Infraestructuras e Ingeniería Biomédica del Clínic", explica.
El resultado es una mascarilla nasal diseñada mediante un escáner 3D y fabricada con una impresora 3D. Los materiales que emplea son silicona biocompatible y hipoalérgica, proporcionada por la empresa Elkem Siliconas France SAS, y su impresión se lleva a cabo en la empresa Avinent Implante Systems, entidad certificada como fabricante de dispositivos médicos. Se trata de un procedimiento muy poco invasivo porque el escaneado del rostro del bebé se hace desde fuera la incubadora, sin manipularlo.
Hasta ahora las aplicaciones de la tecnología 3D en neonatología eran bastante limitadas, pero es un ámbito donde hay mucho campo para correr. Además, esta tecnología, sobre todo las impresiones 3D en silicona, contribuyen a la individualización de las curas neonatales. Así lo explica Mario García: "la unión entre la neonatología clínica hospitalaria y la ingeniería biomédica dentro de los hospitales es un ejemplo de como la tecnología y el diseño de soluciones que parten de las necesidades del mismo hospital tienen un impacto directo en la experiencia del paciente. También impactan en la calidad asistencial, sobre todo en aquellos que no ven resueltas sus necesidades por los productos disponibles al mercado”.
Un 70% de los neonatos muy prematuros necesitan apoyo respiratorio, una cifra que llega prácticamente al 100% en el caso de los prematuros extremos. Esto hace que haya muchos neonatos que se pueden beneficiar de esta innovación. La Dra. Cristina Borràs-Novell explica que ahora mismo hay muy pocas soluciones por los bebés con un peso inferior a los 500 g, pero proyectos como este pueden mejorar la supervivencia. También añade que "personalizar soluciones para que sobrevivan con ayuda de la innovación tecnológica es un gran paso".
Hoy por hoy todas las pruebas se han hecho empleando un maniquí, pero se espera poderlo testar pronto en bebés reales. El proyecto se encuentra en la segunda fase, la de ensayo clínico, y está esperando la aprobación de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. De momento el proyecto ya ha ganado dos premios: el CATI de Innovación Campus Clínic el pasado mes de diciembre y la ayuda lo Respisurf Adolfo Valls que entrega la Sociedad Española de Neonatología.