Como todos los años, el 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el cáncer. El cáncer es una de las principales causas de morbi-mortalidad en todo el mundo. En 2018 se diagnosticaron 18 millones de nuevos casos en el mundo y las estimaciones son que en 20 años se llegará a los 30 millones de nuevos casos anuales. Los avances en el diagnóstico y el tratamiento, así como la implantación de programas de cribado, han permitido reducir la mortalidad asociada a diversos tipos de cáncer.
¿Cómo han avanzado el diagnóstico de la enfermedad y los tratamientos en los últimos años?
La mejora en la detección y tratamiento precoz, así como los nuevos tratamientos y sus combinaciones se han traducido en un descenso en la mortalidad por cáncer, especialmente relevante en cáncer de pulmón, colon y mama. Datos recientes ponen de manifiesto que el ritmo de descenso de la mortalidad por cáncer se ha acelerado lentamente, de aproximadamente un 1% anual durante la década de 1990 a un 1,5% anual durante la década de 2000 y un 2% anual a partir de 2015.
Tenemos dos formas de mejorar en el control del cáncer: la prevención y la investigación. Prevención con los programas de cribado poblacional y reducción de los factores de riesgo como el tabaco. Cabe destacar que una de cada tres muertes por cáncer es atribuible a los 5 factores de riesgo evitable: tabaco, alcohol, sedentarismo, infecciones y dieta inadecuada.
La segunda forma es avanzar en investigación, en todos los ámbitos diagnósticos y terapéuticos.
¿Cómo se realiza el abordaje del paciente con cáncer en el Clínic?
El cáncer es una enfermedad muy compleja que requiere la intervención de muchos especialistas, tanto para su detección como para su diagnóstico y tratamiento.
Idealmente la detección debe ser lo más precoz posible para encontrar el cáncer en una fase localizada, donde tenemos los tratamientos más efectivos con las tasas más altas de supervivencia. Por eso tenemos, en algunos tumores, los programas de cribado poblacional. En el Clínic realizamos el cribado del área de referencia de cáncer de colon y cáncer de mama y se iniciará en cáncer de cérvix. El objetivo es encontrar la enfermedad antes de que dé síntomas.
También es muy importante la detección de signos de alarma. En Cataluña, tal y como tenemos estructurado el sistema sanitario, en áreas básicas de salud y hospitales de referencia, la realizan los especialistas de medicina familiar y comunitaria: cuando se detecta un síntoma de alarma se activa el diagnóstico rápido.
Una vez que el paciente se deriva al Clínic, el hospital está estructurado en Unidades o Comités específicos para cada tumor. Ésta es una parte básica del abordaje del paciente con cáncer, porque es donde se define la estrategia oncológica de forma multidisciplinar y es donde se garantiza el tratamiento integral y personalizado del cáncer para cada paciente.
Los tratamientos en cáncer han experimentado una revolución en lo que se llama la era de la medicina de precisión.
¿Cómo se decide cuál es el mejor tratamiento?
Lo decidimos en el comité de tumores, un equipo multidisciplinar de especialistas para cada tumor. En ese comité se presentan todos los casos para decidir la mejor estrategia oncológica. Cada especialista da la información precisa del caso (radiología, patología, medicina nuclear, etc.) consiguiendo clasificar el cáncer de la forma más precisa posible. Es como un puzle en el que cada pieza es la información de un especialista y cuando lo tienes todo puedes poner nombre y apellido al tipo de cáncer y definir el mejor tratamiento. Normalmente se basa en la combinación de tratamiento sistémico (quimioterapia, terapias dirigidas, tratamientos hormonales y/o inmunoterapia) y tratamientos locales como la cirugía y la radioterapia.
Todos estos tratamientos han experimentado una revolución en lo que se llama la era de la medicina de precisión, desde la cirugía mínimamente invasiva, hasta la terapia molecular dirigida y la radioterapia guiada por la imagen.
¿Cuál es el papel de la oncología radioterápica en el tratamiento del cáncer?
Aproximadamente el 40% de los pacientes que se curan de cáncer han recibido un tratamiento de radioterapia como parte de su tratamiento integral. Y el 60% de los pacientes con cáncer necesitará radioterapia durante el curso de su tratamiento, ya sea de forma curativa o paliativa. Además, se estima que la necesidad de tratamiento con radioterapia aumentará un 16% en los próximos años, tanto por el aumento en la incidencia como por las nuevas indicaciones.
¿En qué consiste la radioterapia?
La radioterapia utiliza principalmente radiaciones ionizantes de muy alta energía que tienen como objetivo destruir las células tumorales impidiendo su división acelerada. Los tejidos sanos cercanos al tumor también pueden verse afectados por el tratamiento, pero a diferencia de las células tumorales, tienen la capacidad de reparar el daño provocado por el mismo a las pocas semanas de su finalización.
Se debe controlar, pues, la cantidad de radioterapia en los tejidos sanos.
Minimizar la dosis recibida por los tejidos sanos es un objetivo primordial de cualquier tratamiento con radioterapia. Esta reducción de dosis actualmente la podemos conseguir utilizando técnicas de alta precisión como son las técnicas de modulación de intensidad (IMRT), radioterapia guiada por la imagen (IGRT), o técnicas de control y sincronización del movimiento respiratorio (Gating) que posibilita la monitorización y sincronización del movimiento respiratorio con la administración del tratamiento.
Todos estos avances tecnológicos permiten un mejor control local de la enfermedad con mínimos efectos secundarios. Y también nos permite la combinación con fármacos para ser más efectivos.
Otro tipo de tratamiento con radioterapia que nos ha permitido avanzar en precisión es la Protonterapia, y en los próximos años podremos disponer de un centro en Cataluña. Este tipo de tratamiento está especialmente indicado en tumor pediátricos y tumores localizados junto a órganos críticos principalmente base de cráneo y columna, puesto que la radiación queda absorbida por el tumor y no hay dosis de salida.
Las mejoras tecnológicas en radioterapia permiten realizar los tratamientos más intensivos en menos tiempo.
¿Qué podemos esperar de la radioterapia en los próximos años?
Las mejoras tecnológicas que comentaba permiten realizar los tratamientos más intensivos en menos tiempo, ya que minimizamos la toxicidad. Así tratamientos que duraban 6-7 semanas ahora los hacemos en 3-4 semanas por ejemplo en cáncer de mama o cáncer de próstata.
Contamos con nuevos tratamientos como la radioterapia ablativa (SABR), donde administramos elevadas dosis de radiación en 1-5 días consiguiendo muy buenos resultados en control tumoral, tanto en enfermedad localizada como enfermedad oligometastásica. Es una técnica excelente para tumores localizados y para combinar con tratamientos sistémicos.
Las sinergias en la combinación de radioterapia y tratamiento sistémico, especialmente inmunoterapia y terapia molecular, es un escenario muy prometedor para los próximos años, utilizando la radioterapia como activadora del sistema inmunitario.
También podemos esperar una radioterapia más personalizada avanzando en el estudio de marcadores predictivos/pronósticos del beneficio de la radioterapia en el control local para cada subtipo tumoral, como ya se hace por algunos tratamientos de quimioterapia.
¿Cuáles han sido los últimos avances en investigación?
Hemos avanzado y avanzamos en todos los ámbitos. Posiblemente el avance en la caracterización molecular de los tumores que ha posibilitado el desarrollo de nuevos fármacos, así como el mejor conocimiento del sistema inmunitario, nos ha permitido mejorar en fases de la enfermedad avanzada donde teníamos los peores resultados. El uso de marcadores pronósticos, predicadores de toxicidad o de eficacia de un tratamiento local o sistémico nos permite adaptar el tratamiento de forma más personalizada.
Hablando de prevención, ¿qué podemos hacer para mejorar la detección o detectar antes los tumores?
Los objetivos que tenemos en la lucha contra el cáncer son principalmente tres:
- Reducir la incidencia: evitando factores de riesgo, dieta sana, deporte...
- Aumentar la adherencia a los programas de cribado para mejorar la detección precoz. Aquí tenemos deberes, la población debe ser consciente de la importancia de atender las invitaciones que se hacen para hacerse las pruebas de cribado, como el test de sangre oculta en heces o la mamografía, y nosotros debemos hacer llegar a la población la importancia que tienen estos programas por su salud.
- Cronificar la enfermedad: Incorporando la innovación tecnológica y terapéutica, la formación y la investigación. Investigando más y mejor.
¿Cómo ha afectado a la pandemia? ¿Se ha recuperado la actividad respecto al año pasado?
Los datos ponen de manifiesto cierta recuperación en el número de diagnósticos de cáncer, sobre todo a partir de julio del 2020 y que afortunadamente se mantiene todo el 2021. Sin embargo, el impacto real en el retraso diagnóstico derivado de la pandemia no lo tendremos hasta dentro de unos años.