¿Cómo ha cambiado el diagnóstico de enfermedades ginecológicas en los últimos 10 años?
¡El cambio ha sido espectacular! Sin lugar a dudas, el diagnóstico para la imagen ha tenido un papel muy importante en el diagnóstico de las enfermedades del útero. Antes hacíamos un diagnóstico quirúrgico, lo que obligaba a la paciente a pasar por el quirófano. Ahora, a través de la imagen, con una ecografía, por ejemplo, podemos afinar mucho este diagnóstico y ser más rápidos en el abordaje de la enfermedad. En ese aspecto ha habido una verdadera revolución.
Los aparatos para hacer ecografías, para los ginecólogos, son como el fonendoscopio de los internistas. Precisamente, en el Servicio hemos comprado hace pocas semanas unos pequeños aparatos portátiles para hacer ecografías que caben en el bolsillo de la bata. Si tenemos un buen diagnóstico antes, iniciaremos el tratamiento más rápido y podremos evitar las consecuencias de la enfermedad a largo plazo para las pacientes.
Vivimos en una sociedad patriarcal y hemos tenido una visión masculina del mundo
Alguna vez has manifestado con insistencia que la regla no debe hacer daño...
Si te paras a pensar es algo lógico. ¿Cómo puede que un proceso fisiológico, como tener la regla, duela? ¿Cómo puede que te invalide? No tiene sentido desde el punto de vista biológico. Vivimos en una sociedad patriarcal y hemos tenido una visión masculina del mundo. Las mujeres han estado en un plan de inferioridad y lo hemos asumido como normal. Hemos asumido que las mujeres deben estar invalidadas cuando tienen la regla y esto no puede ser. ¡La regla no debe hacer daño! En los últimos años, la situación ha cambiado mucho; ¡las mujeres se han revelado y han dicho basta!
¿Por qué una enfermedad como la endometriosis, se tarda tanto en diagnosticar?
Todavía falta que nuestro mensaje llegue mejor: no se puede normalizar ese dolor de regla. Por suerte, cada vez más hay más herramientas: redes sociales, medios, la sociedades científicas que nos permiten llegar a más mujeres y saber utilizarlas. La clave está en trabajar con las mujeres y pacientes. Debemos insistir en que lo que les ocurre no es normal, que lo que les pasa tiene nombre y apellidos y que lo que les pasa tiene tratamiento y podemos mejorar su calidad de vida. Las mujeres están abanderando este movimiento y debemos celebrarlo.
¿Crees que las mujeres están acostumbradas a vivir con dolor?
El dolor crónico es uno de los principales problemas graves de la salud de la población y dos de cada tres personas que lo padecen son mujeres. El dolor es una causa muy importante de discapacidad y de pérdida de calidad de vida, pero no nos olvidemos de que la hemorragia, la anemia, por ejemplo, son muy frecuentes entre las mujeres. Además, esta situación, especialmente en las mujeres, puede generar una carencia de oportunidades sociales, desigualdades y exclusiones, no suficientemente evaluadas todavía. Como ginecólogos queremos centrarnos con la calidad de vida de las mujeres: global, social, sexual.... Se trata de que las mujeres vivan bien: dar calidad de vida a las pacientes es nuestro objetivo.
El trasplante de útero fue un gran hito en el abordaje de los problemas ginecológicos actuales. ¿Cómo ves el futuro de la ginecología a corto plazo?
En octubre de 2020 realizamos en el Clínic el primer trasplante de útero de España, junto con el Servicio de Urología. En el trasplante de útero hubo un debate ético necesario. La tecnología está permitiendo cosas que antes eran impensables y debemos saber aprovecharla.
La tecnología va más rápido que nosotros y debemos tener tiempo para realizar los debates necesarios en profundidad que nos permitan avanzar en el punto justo. Por ejemplo: en la terapia y modificación de genes hay un largo camino por recorrer, pero debemos pensar bien qué implica.
Próximamente veremos avances muy importantes en el diagnóstico para la imagen y en el diagnóstico genómico y metabólico de estas enfermedades. Conoceremos cuál es la etiología de los miomas, de la endometriosis e incluso podremos prevenir la enfermedad en muchos casos.
En el campo de la cirugía vendrán nuevas técnicas con la fusión de imágenes de la resonancia o de la ecografía con las imágenes reales de la laparoscopia que obtendremos dentro del quirófano.
¿En la cirugía ginecológica también habrá cambios?
Sí, por supuesto. En el campo de la cirugía vendrán nuevas técnicas con la fusión de imágenes de la resonancia o de la ecografía con las imágenes reales de la laparoscopia que obtendremos dentro del quirófano. Esta fusión de imágenes deben permitirnos guiar mejor la cirugía. Estoy convencido de que antes de entrar en el quirófano, y gracias a la inteligencia artificial, podremos practicar y prever cómo irá la operación. Todo ello permitirá disminuir los riesgos de las pacientes. Todo esto en 8 o 10 años ocurrirá. ¡Fíjate que no te digo 25 años! En un futuro a corto plazo esto será una realidad, estoy seguro.
Te acaban de nombrar presidente en la Society of Endometriosis and Uterine Disorders (SEUD) durante el 7º congreso celebrado en Suecia. ¿De dónde surge la necesidad de crear una sociedad internacional especializada para este tipo de enfermedades?
El ámbito de actuación de esta sociedad es mundial. Es un punto de encuentro de profesionales de la ginecología de Europa, de Asia, de África, América... La Sociedad trabaja para aportar su visión de cómo debe ser la actuación médica de las enfermedades del útero en todo el mundo.
La reunión en la que decidimos que impulsaríamos una sociedad internacional de ginecología la celebró en Barcelona en el 2014 y un año después la fundamos legalmente. Los 4 profesionales que impulsamos la creación de la Sociedad compartíamos que nuestra rama de la ginecología estaba muy abandonada por otras sociedades médicas, en general. No existía ninguna sociedad científica que abordara un grupo de enfermedades muy prevalentes entre las mujeres y que afectaban de forma muy importante a su calidad de vida. Son enfermedades, en su mayoría benignas que afectan mucho tanto a nivel, físico, como psicológico, como incluso económico.
Ninguna de estas enfermedades es puramente médica, ni puramente quirúrgica. La sociedad la creamos pensando en las mujeres y con la voluntad de dar una visión integral y holística.
¿Cuáles serían las prioridades en este mandato de tres años?
Desde la sociedad queremos dar peso a la investigación y darle un cariz muy científico a nuestra práctica del día a día para ampliar el conocimiento. También queremos estimular el interés por estas enfermedades y apoyar a los profesionales jóvenes creando becas para potenciar este talento de jóvenes investigadores. También hemos creado una revista llamada Journal of endometriosis and uterine disorders para agrupar y prestigiar el conocimiento sobre estas enfermedades.
Durante los tres años que estaré al frente de la Sociedad me gustaría fortalecer su estructura, recuperar la actividad que la pandemia nos obligó a frenar y ampliar su presencia en Sudamérica y fortalecer la presencia en Europa y Asia.
En tu especialidad siempre ha habido más hombres que mujeres. ¿Eso crees que seguirá así?
En el Servicio de Ginecología del Clínic estamos al 50-50 aproximadamente. En mi franja de edad hay más hombres que mujeres, ciertamente, pero vemos que esta tendencia se está rompiendo. En las facultades, ahora hay más mujeres que quieren ser ginecólogas que antes. El ginecólogo hombre es una especie en peligro de extinción.