Pruebas para diagnosticar el Hipotiroidismo

Analítica de sangre. La prueba más sensible es la medición de la tirotropina u hormona estimulante de la tiroides (TSH). Una TSH alta, en general, significa hipotiroidismo. La siguiente prueba es la determinación de la tiroxina circulante activa, la tiroxina libre (T4L), que está baja en el hipotiroidismo, aunque en algunos casos puede estar normal e indicar una situación de hipotiroidismo sin síntomas. Si la TSH y la T4L son bajas significa que el funcionamiento del tiroides es el correcto y el hipotiroidismo esta causado por una falta de TSH. Es debido a que la glándula hipófisis al detectar bajos niveles de T4L no es capaz de aumentar la liberación de TSH, por lo que no estimula al tiroides a producir más hormonas y provoca que el paciente tenga hipotiroidismo.  

Los parámetros bioquímicos generales como el colesterol, las transaminasas del hígado o el azúcar en sangre (glucemia) pueden presentar variaciones transitorias en el curso de la enfermedad porque la glándula tiroides es la principal controladora del metabolismo.  

Para saber si se trata de una enfermedad autoinmune, debida a una reacción exagerada del propio sistema inmune contra el tiroides, se determinan anticuerpos “antitiroideos”: anticuerpos antiperoxidasa (antiTPO) y antitiroglobulina (antiTG).

Pruebas de imagen. Se suelen utilizar para el estudio morfológico de los nódulos o bocio asociado al hipotiroidismo, pero no para el hipotiroidismo.