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Pronóstico de las Cataratas
Las cataratas de los adultos son progresivas y la progresión es variable y difícil de predecir. Sin tratamiento la mayoría de los pacientes con cataratas desarrollará una dificultad visual severa.
Sin tratamiento la mayoría de los pacientes con cataratas desarrollará una dificultad visual severa.
Muchos estudios han demostrado resultados favorables después de la cirugía de catarata, tanto en agudeza visual como en mejora de calidad de vida. Cerca del 90% de los pacientes operados mejoran su agudeza visual y están satisfechos del resultado de la cirugía. Este porcentaje de satisfacción sube hasta más del 95% en pacientes que no tienen ningún problema ocular antes de la cirugía, excepto la catarata.
El 90% de los pacientes operados mejoran su agudeza visual y están satisfechos del resultado de la cirugía.
En definitiva, la cirugía de catarata es un procedimiento seguro y de éxito en la mayoría de pacientes. Las principales causas de poca visión después de la cirugía se deben a: una inadecuada corrección del defecto refractivo postoperatorio que se puede resolver con gafas, o bien con un recambio de la lente intraocular; la incapacidad de detectar algunas alteraciones oculares al preoperatorio, como glaucoma, degeneración macular y otras alteraciones maculares y la ambliopía u "ojo vago" o complicaciones quirúrgicas y postquirúrgicas.
Complicaciones agudas
La cirugía moderna de catarata tiene un alto porcentaje de éxito en la mayoría de pacientes pero, como cualquier cirugía, tiene sus riesgos.
Hay un gran número de posibles complicaciones durante y después la cirugía de catarata, pero la mayoría son muy infrecuentes. Es posible que sea necesaria otra intervención o realizar algún procedimiento que no estaba previsto inicialmente durante la intervención. Hay un riesgo muy pequeño de sufrir una pérdida de visión severa y permanente.
Complicaciones durante la cirugía (intraoperatorias)
Rotura de la cápsula posterior. Es una de las complicaciones más frecuentes. Puede suceder en un 1-3% de las cirugías. Es la membrana transparente que recubre el cristalino y donde se ha de implantar la lente intraocular (LIO). Puede dar lugar a que a través del agujero de esta membrana salga un poco de líquido gelatinoso desde dentro del ojo (pérdida de humor vítreo) y que se tenga que limpiar con un procedimiento especial (vitrectomía anterior). Esto puede provocar una pérdida de visión y otras complicaciones como la imposibilidad de poder implantar la LIO que es deseable, o bien que se tenga que hacer en una segunda intervención.
Pérdida o caída de una parte de la catarata o de la lente intraocular en la cavidad posterior (cavidad vítrea) del ojo, que requerirán una intervención adicional la mayoría de las veces.
Hemorragia intraocular, que puede ser leve y transitoria (hemorragia de iris o vítrea) o seria y que puede dar lugar a una pérdida total de visión (hemorragia supracoroidea). Esta última es muy rara (menos de un caso de cada 1.000 intervenciones) con las modernas técnicas de facoemulsificación.
Lesión de otras estructuras intraoculares como el iris o la córnea.
Un paciente operado de cataratas debe ir a urgencias ante una pérdida brusca de visión, cuando previamente veía bien, y si tiene dolor ocular intenso.
Complicaciones después de la cirugía (postoperatorias)
Lesión o pérdida de la transparencia de la córnea (la ventana transparente en la parte anterior del ojo), que se denomina edema corneal.
Hinchazón o "inundación" de la parte central de la retina (edema macular quístico). Se ve en un 3% de los pacientes operados de catarata y es más frecuente si ha habido otras complicaciones durante la cirugía. Habitualmente es necesario tratarlo con gotas suplementarias u otros tratamientos como inyecciones locales de corticoides o fármacos por vía oral. La recuperación puede tardar unas semanas o meses, pero a veces puede suponer una pérdida permanente de visión leve o moderada.
Desprendimiento de retina, que puede pasar semanas, meses o incluso años después de la cirugía. El riesgo a lo largo de la vida es de 1 caso de cada 150 pacientes intervenidos, y es más frecuente en casos de alta miopía o si ha habido complicaciones durante la cirugía como la rotura de la cápsula posterior y pérdida del humor vítreo.
Glaucoma o aumento de la presión intraocular transitoria o permanente.
Inflamación intraocular severa (uveítis).
Infección intraocular (endoftalmitis), es una complicación rara (menos de un paciente de cada 1.000 intervenciones) pero que puede provocar una pérdida irreversible de visión en el ojo afectado. El tratamiento consiste en poner unas inyecciones intraoculares, gotas y antibióticos por vía oral. Ocasionalmente, puede ser necesaria otra intervención.
Dislocación o descentrado de la lente intraocular, por falta de un buen soporte (la cápsula del cristalino) para la lente o por ser defectuoso.
Calcificación u opacidad de la lente intraocular, que altera su transparencia. Es una complicación rara y asociada más a un tipo de material que a otros.
Moscas volantes, que si bien pueden ser molestas y necesitan que el oftalmólogo haga una revisión ocular, en la mayoría de ocasiones son inofensivas. Sin embargo, si se empieza a ver flashes de luz o un aumento de los cuerpos flotantes se debe contactar con el oftalmólogo o dirigirse al departamento de Urgencias, pues estos síntomas pueden ser el inicio de un desprendimiento de retina.
Caída del párpado superior (ptosis palpebral).
Deslumbramiento y visión de halos luminosos, que puede ser causado por una inflamación ocular o ser inducidos por la lente intraocular.
Distorsión o deformación de la pupila de manera que tenga un tamaño diferente a la del otro ojo o que no sea redonda.
Visión doble o dificultad para tener los ojos bien alineados.
Defecto refractivo residual, es decir una miopía, hipermetropía o astigmatismo no esperados después de la cirugía de la catarata teniendo en cuenta los cálculos previos, y que requiere el uso de gafas, lentes de contacto, un recambio o manipulación de la lente intraocular ya implantada o, raramente, láser para corregirlas.
Disfotopsias o fenómenos ópticos indeseables, debidos a artefactos que produce la luz al atravesar o reflejarse en la lente intraocular. Son relativamente frecuentes. Pueden ser de dos tipos: positivas o negativas. Las disfotopsias positivas (deslumbramientos, halos y destellos) son causadas por la forma que tiene el margen de la lente intraocular. Las disfotopsias negativas se manifiestan en forma de sombra oscura con forma de arco o media luna al lado lateral de la visión del paciente y parecen tener relación con la anatomía del ojo de cada paciente en particular. La mayoría de disfotopsias disminuyen o desaparecen a lo largo del tiempo. Sin embargo, en un 0,2-1% de los pacientes los síntomas persisten y puede ser necesario una intervención para aliviarlas.
Durante los meses o años siguientes a la cirugía se puede desarrollar un engrosamiento u opacidad de la cápsula posterior del cristalino, la membrana que hay detrás de la lente intraocular y que le da soporte. Esto se llama opacidad de la cápsula posterior, es la complicación postoperatoria más frecuente y provoca una disminución de la visión progresiva a un 10% de los pacientes intervenidos de catarata antes de los 2 años después de la intervención. Puede tratarse de forma ambulatoria con un láser, una intervención muy efectiva, rápida e indolora conocida con el nombre de capsulotomía posterior con láser YAG y que muy ocasionalmente puede causar un desprendimiento de retina o una inflamación intraocular.
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Publicado: 26 de abril del 2018
Actualizado: 26 de abril del 2018
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