El trabajo destaca la importancia de prestar atención a esta combinación, ya que la identificación temprana de este trastorno podría cambiar de forma radical la forma cómo se aborda la infección por el virus de la hepatitis B, ofreciendo oportunidades para intervenciones terapéuticas más precisas y personalizadas.
El estudio, publicado en el Journal of Hepatology Reports, lo ha coordinado la Dra. Virginia Hernández Gea, investigadora en el campo de la hipertensión portal y las enfermedades vasculares hepáticas en la Unidad de Hemodinámica Hepática del Hospital Clínic Barcelona y que pertenece al grupo Regulación de la microcirculación hepática en la cirrosis y enfermedades vasculares hepáticas del IDIBAPS y del CIBEREHD dirigidos por el Dr. Juan Carlos García-Pagán.
El PSVD es un conjunto de enfermedades del hígado que se caracteriza por daños en los vasos intrahepáticos, específicamente en la vena porta y los sinusoides hepáticos, sin la presencia de cirrosis. Se comporta de forma similar a la hipertensión portal no cirrótica, lo que ha provocado que esta enfermedad haya pasado desapercibida durante mucho tiempo, contribuyendo a la falta de opciones terapéuticas efectivas para los pacientes.
El estudio, que contó con la participación de 155 pacientes con PSVD, analizó la presencia de VHB para entender mejor la relación entre ambas enfermedades. Los resultados mostraron que la prevalencia de VHB en pacientes con PSVD era significativamente mayor que en la población general. Los pacientes con VHB también experimentaron un retraso considerable en el diagnóstico de PSVD y presentaron una enfermedad más avanzada en el momento del diagnóstico.
Los hallazgos sugieren que la coexistencia de PSVD y VHB puede tener importantes implicaciones clínicas dado que uno de los hallazgos fue que los pacientes con VHB tenían una tasa de trasplante hepático significativamente más alta en comparación con aquellos sin VHB, lo que subraya la gravedad de la situación.
“Reconocer esta coexistencia es crucial para un diagnóstico temprano y un manejo óptimo de los pacientes con PSVD. Los resultados resaltan la importancia de una mayor conciencia sobre esta conexión y la necesidad de una atención especializada para mejorar los resultados clínicos”, explica Virginia Hernández Gea.
Estos hallazgos podrían tener un impacto significativo en la forma en que se diagnostica y maneja a los pacientes con PSVD en el futuro y plantean la necesidad de investigaciones adicionales para comprender mejor la relación entre el PSVD y otras enfermedades hepáticas crónicas. Estas nuevas investigaciones requieren de un enfoque multidisciplinario. “Expertos en hepatología, gastroenterología, patología y otras disciplinas médicas pueden contribuir a avanzar en la comprensión de esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, señalan los autores del estudio.
Con millones de personas afectadas en todo el mundo, la identificación de esta coexistencia entre el PSVD y la hepatitis B crónica ofrece la esperanza de mejores resultados clínicos y una atención más efectiva para los pacientes.
Referencia del estudio:
Olivas P, Perez-Campuzano V, Orts L, Montironi C, Magaz M, Ruiz P, Shalaby S, Ojeda A, Rosich P, Baiges A, Turon F, Lens S, García Pagán JC, Hernández-Gea V. Porto-sinusoidal vascular disorder in chronic HBV: A significant coexistence not to be overlooked. JHEP Rep. 2023 Dec 27;6(3):100996. doi: 10.1016/j.jhepr.2023.100996.