El Dr. Pere Ginès, jefe del Servicio de Hepatología del Clínic y del grupo de investigación sobre Enfermedades crónicas del hígado: mecanismos moleculares y consecuencias clínicas del IDIBAPS, e investigador del CIBEREDHD, es el coordinador del trabajo.
La cirrosis hepática, con independencia de su origen – infección por hepatitis B o C, enfermedad de hígado graso no alcohólico o consumo de alcohol-, es una enfermedad prevalente en todo el mundo con una elevada mortalidad asociada. Es responsable de cerca de un millón de muertes en el mundo cada año, dos millones si se tienen en cuenta las causas víricas de la enfermedad y el cáncer hepático, que por lo general se asocia con la cirrosis. Además, provoca un gran número de hospitalizaciones que tienen un impacto muy negativo en los sistemas sanitarios.
La cirrosis aparece después de un largo período de inflamación en el hígado de forma contínua que provoca una fibrosis hepática, en la que el tejido normal del hígado es sustituido por cicatrices de tejido fibroso y nódulos hepáticos, y que afecta al funcionamiento normal del órgano. Esta enfermedad evoluciona desde una fase asintomática, llamada cirrosis compensada, hasta la fase sintomática, o cirrosis descompensada. El manejo de la cirrosis hepática se centra en el tratamiento de las causas y complicaciones y puede acabar requiriendo un trasplante de hígado en algunas ocasiones.
El artículo de revisión profundiza en la carga que supone esta enfermedad en el sistema sanitario, las causas y factores de riesgo y las recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento. "Ponemos un especial foco en la detección precoz de la enfermedad, gracias a nuevos sistemas de cribado para detectar la enfermedad hepática de forma temprana, y la prevención de las complicaciones de la cirrosis", explica Pere Ginès.
El artículo describe también los mecanismos fisiopatológicos que intervienen en la progresión y las complicaciones para poner las bases del tratamiento de la enfermedad. Los autores del artículo resumen el tratamiento de las diferentes complicaciones en base a la evidencia científica, por lo que constituye un resumen excelente para que los profesionales sanitarios puedan tener soluciones a sus dudas o preguntas sobre el tratamiento en un solo artículo sin haber de recurrir a múltiples publicaciones.
La revisión, además, dedica un apartado al papel de las enfermeras en el cuidado del paciente con cirrosis hepática. En los últimos 20 años, las enfermeras se han incorporado al tratamiento de diferentes enfermedades crónicas como la diabetes o las enfermedades pulmonares, lo que no ha sucedido en las enfermedades hepáticas. La cirrosis es una enfermedad en la que se pueden realizar grandes innovaciones en cuidados enfermeros debido a las características y la progresión de la enfermedad.
La atención a los pacientes con cirrosis incluye actuaciones tanto a nivel hospitalario como comunitario. “Las enfermeras no sólo proporcionan continuidad en el cuidado del paciente, sino que también fomentan la responsabilidad y proporcionan la educación terapéutica para que el propio paciente cuide de sí mismo. Las enfermeras deben jugar un papel importante en la detección y el cuidado de los pacientes con cirrosis hepática”, señala Núria Fabrellas, una de las autoras del artículo, enfermera y Profesora Titular de Enfermería de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud del Campus Clínic de la Universidad de Barcelona, miembro del equipo del IDIBAPS y del CIBEREHD.
Referencia del artículo:
Liver cirrhosis. Pere Ginès, Aleksander Krag, Juan G Abraldes, Elsa Solà, Núria Fabrellas, Patrick S Kamath. The Lancet, September 17, 2021. DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)01374-X