Alrededor de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión. Los datos demuestran que el diagnóstico podría ser erróneo hasta en el 40% de los casos, que potencialmente padecerían trastorno bipolar. Como consecuencia, el diagnóstico suele retrasarse una media de siete años y medio, lo que empeora las condiciones mentales y físicas de los pacientes, así como la calidad de vida de sus familiares.
Para resolver este problema, el consorcio EDIT-B, conformado por el Clínic-IDIBAPS, Alcediag-Alcen, Capital Region of Denmark, Institut de Recerca Sant Joan de Déu-Parc Sanitari Sant Joan de Déu, GHU Paris Psychiatrie & Neurosciences, ProductLife Group y Synlab, continúa con la línea de investigación iniciada por un estudio publicado en la revista Translational Psychiatry. Este identifica seis biomarcadores en sangre, que coinciden con modificaciones de la secuencia de ARN de genes asociados con el trastorno bipolar. El uso combinado de los biomarcadores y un algoritmo de inteligencia artificial permitió a los investigadores diferenciar las fases depresivas del trastorno bipolar de las de depresión unipolar, con una especificidad y sensibilidad superiores al 80%, en una cohorte de 410 personas.
“El trastorno bipolar se caracteriza por alternar fases maníacas y depresivas. Las manifestaciones de estas últimas se asemejan mucho a la llamada depresión unipolar. EDIT-B pretende mejorar la identificación y diagnóstico de los pacientes deprimidos que padecen trastorno bipolar. Desde el punto de vista clínico, esto es esencial, ya que los tratamientos de una y otra enfermedad son diferentes”, declara Eduard Vieta, jefe del grupo IDIBAPS Trastornos bipolares y depresivos y del servicio de Psiquiatría y psicología del Hospital Clínic. "El consorcio reúne la experiencia necesaria para cumplir los objetivos marcados, y como investigador principal del ensayo clínico, espero que podamos validar esta nueva prueba que mejorará la vida de muchas personas que conviven con el trastorno bipolar".
De acuerdo con Alcediag-Alcen, la empresa de diagnóstico centrada en trastornos mentales que lidera el proyecto, la prueba EDIT-B es el primer test molecular basado en biomarcadores relacionados con la edición del ARN capaz de realizar un diagnóstico diferencial entre el trastorno bipolar y la depresión, a partir de una muestra de sangre y una evaluación clínica.