La Dirección Enfermera del Clínic Barcelona es la encargada de garantizar la calidad asistencial y una práctica clínica de excelencia de acuerdo con los principios éticos establecidos y en coordinación con otras direcciones del hospital. Gran parte del éxito de esta Dirección se debe al trabajo transversal en todas las áreas de conocimiento del hospital, pero sobre todo al hecho de poner al paciente en el centro de todo, de garantizar su seguridad y de asegurar que tenga una buena experiencia mientras recibe la atención que necesita. De hecho, tal como señala Gemma Martínez, el objetivo principal del modelo de Enfermería del Clínic Barcelona “es que el paciente se sienta seguro y único, que se empodere y tome decisiones, y que sea lo máximo responsable de su enfermedad y su salud”.
Gemma Martínez: “La profesión enfermera necesita que se la reconozca profesional y laboralmente como se merece”
Entrevista a Gemma Martínez, directora de Enfermería del Clínic Barcelona.
Gemma Martínez se incorporó al Clínic como nueva directora de Enfermería en el año 2016. Anteriormente, había trabajado como enfermera asistencial, y cuenta con más de 20 años de experiencia gestora. Además, ha llevado a cabo una gran labor de investigación durante estos años, y ha estado vinculada con la docencia, coordinando la asignatura de farmacología clínica y codirigiendo el máster profesional del paciente crítico y emergencias de la Universidad de Barcelona (UB). Ahora, en el Clínic Barcelona, se encarga de dirigir la Dirección Enfermera, que es la responsable de garantizar el desarrollo profesional del personal de enfermería del hospital.
Una cosa no existe sin la otra. Las enfermeras no solo vemos al paciente como aquella persona que tiene una enfermedad, sino que lo vemos de forma integrada atendiendo a los aspectos de salud/enfermedad, psicosociales… La enfermedad por la cual el paciente llega al hospital puede evolucionar de muchas maneras y, la mayor parte de las veces, no solo dependerá de un tratamiento quirúrgico o médico, sino que durante y después del ingreso se tendrá que continuar acompañando a la persona atendida según sus circunstancias concretas. Es decir, la enfermera es quien aplica la cura enfermera, pero además escucha, acompaña y ve más allá de aquello que es evidente.
Una enfermera debe tener capacidad de liderazgo basada en su desarrollo profesional competencial. Además, delante del paciente, debe saber decidir y ser capaz de trabajar en equipo, manteniendo una comunicación eficaz entre profesionales y la persona atendida. Debe tener la mente abierta y estar preparada para aprender siempre cosas nuevas. También es importante que trabaje con rigor, compromiso, educación y respeto hacia los demás. Pero, sobre todo, una enfermera debe ser buena persona.
Antes que nada, trabajamos con un método, que es el método científico. Después, trabajamos, también, para mantener una comunicación óptima, tanto con el paciente como con sus familiares o cuidadores e, incluso, entre nosotras. Además, potenciamos al máximo la competencia de las enfermeras, así como la práctica avanzada, e intentamos que cada profesional ofrezca sus mejores cualidades.
Cada colectivo de la Dirección Enfermera tiene sus necesidades y su capacidad de crecimiento propia, todos son igual de importantes
En el Clínic hay más de 13 colectivos diferentes dentro de la Dirección Enfermera. Entre los cuales, encontramos las enfermeras, que ahora son unas 2.300 aproximadamente; las comadronas (43); las TCAES (unas 1.100); trabajadores sociales (38); educadores sociales (9); técnicos de grado superior en diferentes especialidades como radiodiagnóstico, radioterapia, laboratorio, anatomía patológica, farmacia, etc. (560); fisioterapeutas (73); logopedas (6); terapeutas ocupacionales (7); auxiliares sanitarios (300); nutricionistas (20); optometristas (27) y podólogos (2). En total, son unas 4.500 personas. Cada colectivo tiene sus necesidades y su capacidad de crecimiento propia. Todos ellos son igual de importantes y necesarios para tender las necesidades de las personas que atendemos.
Como hemos comentado, en el hospital potenciamos los roles de mayor experiencia, entre los cuales hay la figura de la práctica avanzada, que ya está reconocido en el ámbito internacional, pero aquí todavía no del todo… No obstante, nosotros hace ya más de seis años que estamos trabajando un modelo de práctica avanzada. Esperemos que, en un futuro próximo, puedan salir convocatorias específicas y, así, reconocerlo.
En el Clínic hay 876 enfermeras acreditadas para prescribir. Es un gran avance, porque ayuda al hecho de que la enfermera tenga más autonomía y no dependa de otros profesionales. Además, ahorra tiempo y es eficiente en la gestión de costes.
Hace tiempo que enfermería avisó que pasarían cosas que ahora ya están pasando. No se nos escuchó y no se puso remedio. En poco tiempo, nos hemos enfrentado a dos grandes crisis, la económica y la sanitaria. Durante la primera de ellas, muchas enfermeras se vieron obligadas a irse fuera, y algunas de ellas no han vuelto. Después, con la llegada de la COVID-19, el personal sanitario tuvo que estar al pie del cañón. El cansancio que acumularon entonces sigue reflejándose en su estado actual. Hay hiperdemanda sanitaria, pero faltan profesionales para poder ofrecer una cura de calidad. Todo esto provoca tensiones importantes. Y es verdad que se han hecho mejoras, pero continuamos estando a años luz de la situación ideal a la que se tendría que llegar.
Con la llegada de la COVID-19, la sociedad se hizo más consciente de la necesidad de la profesión enfermera
El rol de la enfermera no ha cambiado. Continúa siendo igual de necesario e imprescindible y el mismo de antes: cuidar a la persona atendida y su entorno, gestionar, hacer investigación, docencia, innovar… Lo que la COVID-19 sí que ha puesto sobre la mesa es que tenemos que estar preparadas par afrontar este tipo de retos sanitarios.
La COVID-19 ha puesto en valor aquello que es necesario e imprescindible, y las enfermeras lo son. La sociedad se sensibilizó con esta situación y con el gran esfuerzo que hizo la profesión en los momentos más duros. Es decir, la mayoría de las personas sí que sabían ya desde antes de la pandemia qué es y a qué se dedica una enfermera, pero entonces se hicieron más conscientes de la necesidad de esta profesión.
A pesar del cansancio que arrastramos, veo un gran futuro por delante. La profesión crece, hay espacio para todo el mundo, cada vez se hace más investigación, formación, docencia, etc. Pero, todo esto debe ir acompañado ni más ni menos que del apoyo que la profesión se merece. Es injusto que no estemos debidamente reconocidas, ¡ya que la enfermería es un grado desde la implantación del Plan Bolonia! Pero, también es verdad que debemos continuar teniendo ilusión y siendo positivas. En definitiva, debemos continuar viendo siempre el vaso medio lleno.