El estudio, publicado en la revista Clinical Drug Investigation, lo ha coordinado el Dr. José Hernández-Rodríguez, médico internista del Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Clínic e investigador del grupo de Vasculitis sistémicas del IDIBAPS. También han participado el Dr. Alfonso López-Soto, jefe del Servicio de Medicina Interna del Clínic e investigador del grupo Riesgo cardiovascular, nutrición y envejecimiento del IDIBAPS y el Dr. Julio Durán Sanclemente, geriatra coordinador de la Clínica Sant Antoni, un centro sociosanitario próximo al Clínic Barcelona.
Combinar antiinflamatorios para hacer frente a la COVID-19
La idea de este estudio surgió durante la primera oleada de COVID-19, momento en el que, aunque no existían evidencias claras sobre cómo se producía y se podía tratar la enfermedad, la causa final de la muerte de los pacientes con neumonía por SARS-CoV-2 era principalmente una respuesta inflamatoria potente y generalizada causada por el virus.
El objetivo del estudio FRAGILE-COLCOVID19 fue poder llegar a ofrecer un tratamiento a los pacientes más vulnerables durante la primera oleada de la pandemia, “que fueron sin duda los pacientes mayores ingresados en residencias y otros centros geriátricos, considerados de entrada frágiles y vulnerables por su edad, pero en aquel periodo aún más, porque los medios estructurales, el personal sanitario, los medicamentos y la capacidad de traslado a los hospitales eran muy escasos o ausentes en los centros donde se encontraban”, explica Jose Luís Blanco, médico internista del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Clínic y coautor del estudio.
De esta forma, se pensó en utilizar una combinación de dos fármacos que pudiesen administrarse por vía oral: la colchicina, un potente antiinflamatorio utilizado en la gota, la fiebre mediterránea familiar y en otras enfermedades autoinflamatorias, y la prednisona, el corticoide que se utiliza con mayor frecuencia por vía oral y eficaz en procesos inflamatorios y autoinmunes. “Diversos estudios previos con dexametasona, un corticoide utilizado en pacientes con COVID-19 que necesitaban oxígeno, y con colchicina, en pacientes con COVID-19 leve, apoyaron la idea de probar esta combinación de fármacos”, apunta José Hernández-Rodríguez.
Reducción en la inflamación provocada por la COVID-19
En el estudio FRAGILE-COLCOVID19 se estudió la eficacia y la seguridad en la COVID-19 de la administración precoz por vía oral de los dos medicamentos antiinflamatorios comparados con la dexametasona por vía intravenosa, único fármaco autorizado hasta la fecha. Todos los pacientes eran mayores de 65 años con neumonía por el virus SARS-CoV-2 y con necesidad de aporte de oxígeno.
La mitad de los pacientes recibió colchicina y prednisona y, la otra mitad recibió dexametasona intravenosa, un corticoide ya aprobado en esta enfermedad. Se analizó la mortalidad de los pacientes o su empeoramiento, así como diferentes variables que marcaban la evolución clínica y biológica en ambos grupos de pacientes. También se estudió la seguridad de la combinación de fármacos, mediante la evaluación de efectos secundarios en todos los pacientes durante 28 días.
En el estudio participaron 54 pacientes. El empeoramiento por fallo de la medicación inicial o la muerte se produjo en el 45% de los pacientes que recibieron dexametasona intravenosa y en el 28% de los que fueron tratados con la combinación colchicina y prednisona. “El análisis estadístico de estos resultados mostró una reducción de riesgo global y una reducción relativa del riesgo de empeorar o morir en los pacientes que recibieron colchicina y prednisona, pero las diferencias no fueron estadísticamente significativas, con lo que se deben interpretar, únicamente, como una tendencia favorable de este tratamiento experimental”, explica el Dr. Hernández-Rodríguez. Sin embargo, otras variables clínicas y analíticas estudiadas, como la cantidad global de corticoides y la reducción de parámetros de inflamación y de coagulación sí que fueron significativamente favorables con la combinación de los dos fármacos. Por otro lado, no se observaron diferencias en los efectos adversos en los pacientes de los dos grupos.
Así, la administración precoz por vía oral de colchicina y prednisona ha mostrado efectos beneficiosos en la supervivencia de los pacientes con COVID-19 moderada y necesidad de oxigenoterapia. “A partir de ahora, puede llegar a tener una utilidad práctica en pacientes con COVID-19 que se encuentren en situaciones de vulnerabilidad, como aquellos de países con menos recursos sin acceso a vacunas o que no estén bien inmunizados”, concluyen los autores del estudio.
Este estudio ha sido posible gracias a la Fundació Clínic per la Recerca Biomèdica (FCRB), promotora del estudio, y desde el Servicio de Farmacia Hospitalaria destacan la aportación de Laboratorios SEID y del Área de Mecenazgo del Hospital Clínic de Barcelona, crucial para poder concluir el estudio.
Referencia del estudio:
FRAGILE-COLCOVID19: A Clinical Trial Based on Early Administration of an Oral Combination of Colchicine and Prednisone in Elderly Patients with COVID-19 in Geriatric Facilities.
Hernández-Rodríguez J, Durán-Sanclemente J, Prieto-González S, Araújo O, Hospital-Vidal T, Casanovas G, Sapena V, Blanco JL, López-Soto A; FRAGILE-COLCOVID19 Study Group.
Clin Drug Investig. 2022 Sep 29:1–16. doi: 10.1007/s40261-022-01201-2.