Candela, de 8 años, fue diagnosticada a los 20 meses de vida de un síndrome nefrótico de origen genético que le provocó una insuficiencia renal progresiva. En 2016 ya recibió un primer trasplante de riñón pero fracasó y los médicos tuvieron que extraérselo a las 24 horas.
Todos los intentos que se habían llevado a cabo para trasplantarle un nuevo riñón habían sido infructuosos hasta ahora porque la niña había desarrollado una alta tasa de anticuerpos contra posibles donantes de órganos. Por ello, ha tenido que recibir diálisis durante cuatro años. En un principio, en 2017, eran tres veces a la semana y desde el 2019, tenía que ir cada día al Hospital a recibir este tratamiento.
Ante la imposibilidad de que alguno de sus familiares pudiera donarle un riñón, el equipo médico que atendía a la paciente decidió incluirla en el año 2017 en el Programa de Trasplante Renal Cruzado de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Este programa ofrece a las personas que necesitan un trasplante y que disponen de un potencial donante incompatible la posibilidad de intercambiarlo con otra pareja. En el caso que se presenta hoy, el padre de Candela donó su riñón a un paciente de fuera de Cataluña con el que era compatible y Candela recibió el órgano del donante de este paciente con la peculiaridad de que sus grupos sanguíneos eran incompatibles. El donante era de grupo sanguíneo A y Candela, de grupo 0.
Según el Dr. Alvaro Madrid, jefe del Servicio de Nefrología de SJD, “aunque siempre se intenta que el donante y el receptor tengan un grupo sanguíneo compatible, en el caso de la Candela no ha sido posible porque el hecho de que fuera de grupo sanguíneo 0 obligaba a los médicos a descartar un gran abanico de potenciales donantes”. Y añade: “después de años de búsqueda sin éxito, optamos por trasplantarle un riñón que, a pesar de ser compatible inmunológicamente (es decir, que no presentaba anticuerpos contra los antígenos leucocitarios humanos (HLA) del donante que ayudan al sistema inmunitario del cuerpo a reconocer y combatir sustancias y células extrañas), sí era de un grupo sanguíneo incompatible”.
Además del tratamiento inmunosupresor que se prescribe habitualmente antes de un trasplante para reducir el rechazo del órgano trasplantado, se llevó a cabo un proceso de depuración de anticuerpos anti-A de la sangre de la niña que reaccionarían contra la sangre del donante.
El día de la intervención el padre de la Candela entró en quirófano, a primera hora de la mañana, en el Hospital Clínic de Barcelona donde los cirujanos le extrajeron el riñón. De manera paralela, el donante del riñón de la niña era intervenido en una localidad de fuera de Catalunya. Poco después, los dos órganos eran transportados en avión. El trasplante duró cuatro horas -todo el operativo, incluida la extracción al donante y traslado del órgano, más de doce- y participaron una veintena de profesionales.
"Organizar un trasplante renal cruzado y a la vez aplicar la estrategia de desensibilización del grupo sanguíneo -señala la Dra. Yolanda Calzada, nefróloga de SJD- ha sido complejo y un gran reto, donde fue necesaria la participación de muchos compañeros de diferentes servicios, una gran implicación de enfermería, y la colaboración con los compañeros del Hospital Clínic. Pero finalmente hemos conseguido que la Candela estuviera preparada para recibir un órgano que hacía años esperábamos. "
Según el Dr. Ignacio Revuelta, consultor de la Unidad de trasplante renal de HC, “Candela necesitaba un gran órgano, y rompiendo las barreras de compatibilidad inmunológica y de grupo sanguíneo, con un protocolo diseñado individualmente para ella, y un gran equipo que trabajó en sinergias, pudo recibir el trasplante gracias al gran altruismo de su padre y de un donante vivo cruzado, que no sólo hicieron felices a Candela y a la otra persona que se trasplantó, sino a aquellas personas que se pudieron trasplantar con donante cadáver al dejar de competir en la lista. El donante vivo, y en este caso cruzado, conlleva historias maravillosas, y nos enseña que podemos romper con lo establecido en el fin de mejorar la salud de pacientes como Candela”.
Por su parte, el Dr. Antonio Alcaraz, jefe del Servicio de Urología de HC apunta que “los trasplantes de riñón en niños pequeños siempre son un reto quirúrgico. En el caso de Candela, en quien se añadía el problema de una hipercoagulabilidad, se trataba de trasplantar un riñón de un adulto varón (riñón grande) en una niña de 20kg. Eso obligó a una cirugía iterativa sobre la cicatriz previa y utilización de la cava y aorta de la niña, bajo un régimen de descoagulación controlada”.
La directora general de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, destaca el valor del Programa de Trasplante Renal Cruzado “que permite encontrar una opción de trasplante vivo para pacientes con grandes dificultades para trasplantarse, como es el caso de Candela”. De este programa también destaca su efecto cohesionador del Sistema Nacional de Salud: “todas las Comunidades Autónomas participan en la búsqueda de soluciones específicas para pacientes complejos en una logística complicada que coordinamos desde la ONT.”
“Esta intervención es un hito más del trasplante pediátrico y un gran motivo de orgullo para nuestro sistema de trasplantes”, comenta Jaume Tort, director de la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT). “La profesionalidad y la excelencia de nuestros equipos y hospitales, pioneros pero a la vez capaces de colaborar en programas conjuntos de éxito, junto con la indispensable labor de coordinación y organización, han hecho posible abrir esta nueva vía por el bien de los más pequeños”, añade.
La paciente ya está totalmente recuperada y hace vida normal. Sólo tiene que tomar una medicación inmunosupresora y hacer visitas de control.
El Servicio de Nefrología del Hospital Sant Joan de Déu es referente en trasplantes renales infantiles. Forma parte de la XUEC o Red de Unidades de Experiencia Clínica en nefrología infantil.
En 2020, ha sido reconocido por la International Pediatric Neprhrology Association (IPNA) como uno de los 40 servicios de nefrología infantil del mundo acreditados para formación especializada (Fellowship Training Center) y desde hace tres años imparte un máster de nefrología infantil junto con la Universidad de Barcelona.