La investigación en programas de cribado poblacional de cánceres como el colorrectal, cervical, pulmonar, de próstata o de mama, ha generado una gran cantidad de evidencia, lo que hace que los sistemas de seguimiento de estos pacientes estén ampliamente sofisticados. Sin embargo, falta mucha información sobre el cribado de enfermedades no malignas, algunas de las cuales tienen una prevalencia y una tasa de mortalidad más elevadas que los cánceres más comunes. En particular, el caso de la detección de la fibrosis hepática, precursora de la cirrosis, es especialmente destacado, ya que se trata de una enfermedad muy prevalente con una elevada mortalidad.
"En los programas de cribado de la fibrosis estamos en la infancia, mientras que los del cáncer llevan mucho tiempo establecidos", reflexiona Pere Ginès, líder del artículo y consultor del Servicio de Hepatología del Clínic, catedrático de medicina de la Universidad de Barcelona y jefe del grupo de Enfermedades hepáticas crónicas: mecanismos moleculares y consecuencias clínicas del IDIBAPS.
En 2019, la cirrosis causó un 57% más de muertes en todo el mundo que el cáncer colorrectal, con un total de 2 millones de muertes anuales. Además, la cirrosis es el principal factor de riesgo para el cáncer primario de hígado, uno de los cánceres más comunes a escala mundial.
En este artículo de perspectiva, el equipo de expertos del consorcio europeo LIVERSCREEN, liderado por el IDIBAPS y financiado a través del programa Horizon 20/20 (847989), ha utilizado su experiencia y todo lo aprendido en los programas de cribado del cáncer colorrectal y de pulmón para explorar los beneficios, desafíos, estrategias de implementación y vías para futuras iniciativas innovadoras de cribado de la fibrosis hepática.
Ginès añade: "La detección de enfermedades hepáticas crónicas tiene el potencial de cambiar el paradigma de cómo se diagnostican: desde el escenario actual de diagnósticos tardíos, cuando la mortalidad es alta y la reversibilidad de la fibrosis muy improbable, hasta un diagnóstico precoz con mayor probabilidad de reversibilidad y menor morbimortalidad."
Desafíos del cribado de la fibrosis hepática
Un obstáculo importante para la detección e identificación precoz de pacientes con enfermedades hepáticas crónicas es la falta de estrategias establecidas. Por lo tanto, los programas de cribado de la fibrosis hepática deben desarrollar y validar estrategias para dirigirse a la población de riesgo, invitar e informar a los participantes, realizar pruebas de detección y diagnóstico, informar y hacer seguimiento después de la detección, al mismo tiempo que se evalúa la relación costo-efectividad de estas estrategias.
Isabel Graupera, hepatóloga del Hospital Clínic, investigadora del IDIBAPS y también coautora de este artículo, explica que "en el cribado de la fibrosis, todavía tenemos que resolver muchos interrogantes, como por ejemplo cuál es el mejor método, el cribado dirigido o el cribado en masa; tenemos que determinar cuál es la mejor manera de hacer el seguimiento a los pacientes, especialmente en los grupos socioeconómicos más desfavorecidos; y tenemos que adaptar los diseños a todos los sistemas de salud existentes".
Por otro lado, en el artículo también se reflexiona sobre la necesidad de llevar a cabo ensayos clínicos que aporten evidencia sobre la rentabilidad de cada método de criba y que pongan en el centro la reducción de la mortalidad, hay que demostrar que incrementar la detección temprana de la fibrosis hepática mejora el pronóstico de la cirrosis.
Estos nuevos modelos idealmente tendrían que ser económicos, aceptables, fácilmente aplicables a gran escala y que permitieran la personalización. Una opción interesante es la detección multifásica, que combina la detección de varias enfermedades en una sola visita. La razón de esta estrategia es que los pacientes con fibrosis hepática a menudo también tienen riesgo de otras enfermedades como la arteriosclerosis, el cáncer de pulmón, el colorrectal u otros.