El estudio, que se lleva a cabo en el laboratorio CORE de Biología Molecular mediante el uso de técnicas de secuenciación masiva, tiene como objetivo identificar signos de rechazo en pacientes con trasplante renal a partir de una muestra de sangre.
La sangre de los pacientes trasplantados puede contener fragmentos de ADN en circulación provenientes de las células del órgano trasplantado. Estudios recientes sugieren que los niveles de ADN libre circulante proveniente del órgano trasplantado podría ser un biomarcador de rechazo útil en el manejo de los pacientes con trasplante renal. El Laboratorio de Nefrologia i Trasplantament Renal (LENIT) dentro de IDIBAPS, que ha colaborado en el diseño del estudio, ya ha demostrado la practicidad de monitorizar el estado inmunológico de los receptores de trasplante renopancreático a través del DNA circulante.
El Dr. Eduard Palou, jefe de la sección de Inmunología del Trasplante, explica que, “diversos estudios muestran que el nivel de ADN libre circulante del donante se encuentra más elevado en los pacientes con daño en el injerto y, particularmente, en los que están desarrollando un rechazo de base inmunológica”. “Así pues, su medición podría contribuir, junto a otros biomarcadores, al diagnóstico no invasivo del rechazo, lo cuál sería especialmente relevante en aquellos pacientes con alto riesgo inmunológico que requieren un intenso seguimiento post-trasplante”, añade.
El Dr. Joan Anton Puig, jefe del CORE de Biologia Molecular, señala que, “el ADN libre circulante que proviene del órgano trasplantado representa una fracción pequeña del total del ADN libre que existe en el plasma de los pacientes trasplantados, por lo que analizar estas moléculas es un reto tecnológico. Las técnicas de secuenciación masiva actuales tienen una sensibilidad adecuada para cuantificar de forma robusta los niveles de ADN libre circulante que proviene del órgano trasplantado y detectar cambios leves que pueden tener una implicación clínica”.
Hasta la fecha, las técnicas de confirmación de rechazo implican la realización de una biopsia en el órgano trasplantado, por lo que la implementación de estrategias moleculares basadas en ADN libre circulante supondría una reducción de pruebas invasivas y una mejora en el seguimiento y control de los trasplantes.
“La determinación de DNA libre circulante que proviene del órgano trasplantado ofrece una nueva herramienta diagnóstica en el seguimiento del trasplante renal que puede contribuir a mejorar los resultados de dicho trasplante y así convertirse en una de las técnicas no invasivas e imprescindibles en el trasplante” comenta el Dr. Fritz Diekmann, jefe de la Unidad de Trasplante Renal.