La compañía, que en su día ya apoyó en la lucha contra la COVID-19, ahora ha hecho un donativo que ha permitido adquirir un sistema de perfusión normotérmica para impulsar 'Stop Diálisis'. Este proyecto de investigación del Clínic-IDIBAPS, tiene como objetivo obtener nuevas terapias para reparar el daño renal reduciendo la necesidad de diálisis y trasplante.
Sistema de perfusión normotérmica
El sistema de perfusión normotérmica constituye una herramienta revolucionaria que permite mantener funcionando un órgano determinado fuera del cuerpo (in vivo), en este caso el riñón, realizando una perfusión continua en condiciones cercanas a las fisiológicas.
Mediante esta aproximación será posible aplicar estrategias terapéuticas que no son accesibles o eficaces in vivo. Así, mientras se mantiene el riñón en este sistema, es posible aplicar estos tratamientos dirigidos específicamente al riñón y estudiar su efectividad.
Estas terapias incluyen estrategias de medicina regenerativa. El proyecto tiene por objetivo evaluar la administración de células pluripotenciales renales dentro del líquido de perfusión para que se implanten y regeneren el tejido renal dañado, recuperando así su función perdida.
Si bien el sistema está orientado a la perfusión renal, con ciertas adaptaciones es capaz de perfundir otros muchos órganos como el páncreas, el hígado o el corazón.
Stop Diálisis: Un paso más hacia la medicina regenerativa
El Hospital Clínic de Barcelona y la Universidad Católica de Murcia llevan a cabo de forma coordinada un proyecto de investigación con el objetivo de obtener nuevas terapias para reparar el daño renal, reduciendo la necesidad de diálisis y trasplante.
La ejecución de este proyecto, que tendrá una duración de 4 años, se basa en el desarrollo de nuevas técnicas de reprogramación celular que permitan transformar células adultas del riñón en células progenitoras renales que puedan utilizarse para a recuperar la función del riñón.
Colabora - https://dona.clinicbarcelona.org/stopdialisi
La insuficiencia renal
Una de cada diez personas en el mundo tiene, sin saberlo, insuficiencia renal en mayor o menor medida. Cuando la enfermedad evoluciona puede transformarse en crónica y existe el riesgo de que el daño acumulado en el riñón sea irreversible. Uno de los retos es la detección precoz de esta "epidemia silenciosa" que suele dar síntomas en las etapas más tardías de la enfermedad, cuando ya se ha producido el daño renal.