El proyecto AIDA (An Artificially Intelligent Diagnostic Assistant for gastric inflammation), financiado con más de 7 millones de euros de fondos europeos y británicos, ha arrancado este mes de enero. Durante los próximos cuatro años, los investigadores crearán una herramienta impulsada por IA, que ayudará a diagnosticar la inflamación precancerosa, y permitirá realizar un seguimiento médico personalizado, recomendaciones para monitorizar el estado de salud del paciente, así como ofrecer el tratamiento más adecuado para en cada caso. AIDA se configurará mediante la colaboración de datos de distintos sectores, incluidos los centros de investigación e innovación, socios clínicos, industria y pacientes, siguiendo la ley de protección de datos europea.
En el proyecto, coordinado por Tania Fleitas, del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, participa un consorcio integrado por 15 centros de excelencia de 8 países europeos, que reúne a un equipo multidisciplinar formado por algunas de las principales autoridades europeas en inflamación gástrica y cáncer, expertos en bioinformática, en inteligencia artificial y aprendizaje automático y en gobernanza y privacidad de datos, así como representantes de la administración pública y defensores de los pacientes.
Leticia Moreira, investigadora del grupo IDIBAPS Predisposición Genética a Cáncer Gastrointestinal, dirigido por Sergi Castellví-Bel, y del equipo de Oncología Gastrointestinal y Pancreática, liderará la contribución del Clínic-IDIBAPS. “Nuestra labor se centrará principalmente en la coordinación del Registro Europeo de H. Pylori, en colaboración con el Hospital de la Princesa”, explica Moreira. “Asimismo, también participaremos en el desarrollo de las herramientas de inteligencia artificial en cuanto a anatomía patológica y endoscopia para la detección de lesiones preneoplásicas y prevención del cáncer gástrico. Para lograr este objetivo, trabajaremos con Glòria Fernández-Esparrach y Miriam Cuatrecasas, ambas investigadoras del IDIBAPS. Por último, llevaremos a cabo un programa educativo asociado a estos resultados”.
El cáncer gástrico es el quinto tipo de cáncer más común y la tercera causa de muerte oncológica en el mundo en ambos sexos. Afecta a casi un millón de personas y, hasta ahora, ninguna estrategia ha mejorado el pronóstico de la enfermedad. Causa 783.000 muertes al año y la tasa de supervivencia para pacientes en un estadio avanzado solo es de unos 12 meses.
De hecho, aunque el tratamiento actual es multimodal e incluye cirugía, quimioterapia y radioterapia para mejorar el control local-regional y conseguir una disminución de la tasa de diseminación tumoral, los avances siguen siendo limitados y se necesitan más acciones en prevención primaria y secundaria.
La mayoría de los casos de cáncer gástrico se detectan en una etapa tardía, por lo que diagnosticar a las personas con riesgo de desarrollar cáncer gástrico en la etapa presintomática podría mejorar significativamente su pronóstico. Existen muchos datos disponibles sobre los factores que intervienen en la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer gástrico. Individualmente ninguna ofrece una evidencia sólida, pero combinarlos y correlacionarlos proporcionaría una imagen mucho más clara.