A lo largo de estas cuatro décadas, la enfermedad ha pasado de tener una morbimortalidad muy elevada a tratarse con antirretrovirales eficaces con un buen perfil de seguridad. “Aún queda mucho camino por recorrer, ya que la epidemia no está controlada y en los últimos 15-20 años el número de nuevas infecciones que diagnosticamos en nuestra unidad no ha variado significativamente”, explica Josep Mallolas, jefe de la Unidad de VIH-SIDA del Clínic y del grupo de investigación Sida e infección por VIH del IDIBAPS.
Según ONUSIDA, hay 76 millones de personas infectadas por VIH y 35 millones de personas han muerto de SIDA. En la actualidad, 38 millones de personas viven con el VIH. Cada año se producen 80.000 nuevas infecciones en Occidente, de las que más de 3.000 tienen lugar en España y 800 en Cataluña.
La evolución de pandemia de la segunda mitad del siglo XX
El 5 de junio de 1981 el Boletín Epidemiológico Estadounidense Morbidity Mortality Weekly Report (MMWR) describió 5 casos de varones previamente sanos que presentaban infecciones oportunistas en el contexto de una inmunodepresión celular grave.
Tan solo 2 años después, en 1983, los Laboratorios del Instituto Pasteur en París aislaron el agente infeccioso responsable de esta nueva enfermedad, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).
La primera década de la pandemia de VIH estuvo marcada por una morbimortalidad muy elevada sin disponer de herramientas para hacer frente a la infección. “A esta etapa se la llegó a denominar como la “edad media” del VIH. La desesperación en pacientes y personal sanitario era enorme”, explica Josep Mallolas.
Tras el Congreso Internacional de SIDA de 1996 en Vancouver se produjo un cambio radical con la aparición de estrategias antirretrovirales capaces de inhibir la replicación del VIH casi al 100%. Así, la mortalidad disminuyó de forma importante, aunque los efectos adversos de la medicación y la toma de múltiples pastillas diarias suponían un importante obstáculo para un tratamiento que era crónico.
En la tercera década de la pandemia aparecen ya opciones tan o más potentes que las anteriores con un perfil de seguridad excelente, prácticamente sin efectos adversos, y cuyo tratamiento solo suponía tomar una pastilla al día.
Finalmente, en la cuarta década se mantienen estos tratamientos eficaces, seguros y convenientes y, además, se establecen las bases para el control efectivo de la pandemia mediante medidas profilácticas como son la detección y tratamiento precoz de las personas infectadas (test and treat), la profilaxis pre-exposición (PrEP) y la investigación de vacunas profilácticas que puedan evitar la infección por el VIH.
“En el momento actual la investigación sobre el VIH se enfrenta a dos grandes desafíos: alcanzar la curación del VIH mediante nuevas estrategias de tratamiento que permitan eliminar el virus en el paciente infectado y conseguir una vacuna preventiva frente al VIH”, señala Josep Mallolas.
Una unidad pionera dedicada al seguimiento del VIH
La Unidad de VIH-SIDA del Hospital Clínic, dirigida por el Dr. Josep Mallolas, atiende a más de 6.000 personas infectadas por VIH, de las cuales la mayoría recibe tratamiento antiretroviral. Más del 90% de las personas tratadas tiene una carga viral plasmática indetectable, es decir, no transmite el virus por vía sexual.
Pese a la mejora en los tratamientos y el conocimiento que se tiene de la enfermedad, la tasa de nuevas infecciones no disminuye. “Esta tasa de nuevas infecciones es la misma desde hace 20 años. Se debe, en gran parte, a nuevas modalidades de conducta social que actúan como detonante de un aumento claro de la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual", explica Mallolas.
Por este motivo el Clínic puso en marcha en 2018 un programa para identificar personas que practican Chemsex, dado que esta mezcla de uso de drogas y relaciones sexuales a menudo no se vive como un problema y no suele ser motivo de consulta.
En el programa participa un equipo multidisciplinar formado por médicos y enfermeras de la Unidad de VIH y de Urgencias, psicólogos y psiquiatras. Cuando se detecta un caso, se realiza una visita médica completa, se hace un análisis para identificar enfermedades de transmisión sexual y, según el resultado, se propone una derivación al psicólogo y/o psiquiatra.
Además, desde 2019, el Clínic cuenta con un Programa de Salud Sexual para hacer profilaxis y tratamiento, cuando sea necesario, de todas las enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el VIH.
La investigación es la clave para avanzar
La Unidad de VIH-SIDA del Clínic-IDIBAPS estudia los aspectos clínicos, diagnósticos, terapéuticos y preventivos de la infección por VIH y la coinfección por el VIH y el Virus de la Hepatitis C (VHC).
Para detener esta epidemia hay que hacer esfuerzos en todos los aspectos de la infección: clínicos (envejecimiento de los infectados y nuevas comorbilidades), diagnósticos (identificación precoz), terapéuticos (búsqueda de nuevos tratamientos) y preventivos (estudios de inmunopatología de la infección y desarrollo de vacunas). Durante la pandemia de la COVID-19, la Unidad estudia el impacto de la enfermedad en los pacientes con infección VIH y el resultado del proceso de vacunación en esta población.
“Sólo si se consigue optimizar toda esta investigación será viable un control real de la enfermedad”, concluye el Dr. Mallolas.