¿Qué es una artroscopia?

Tiempo de lectura: 4 min

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que sirve para diagnosticar y tratar problemas en las articulaciones.

Consiste en realizar pequeñas incisiones de aproximadamente medio centímetro (0.5cm), por las que se inserta una cámara y la imagen del interior de la articulación se transmite a un monitor de vídeo. Por otra parte, también se introduce instrumental quirúrgico específico que permite tratar las lesiones de dentro de la articulación.

¿Cuándo es necesario realizar una artroscopia?

La artroscopia es necesaria para tratar una gran variedad de lesiones en cualquier articulación, sobre todo las lesiones de tipo deportivo.

Las articulaciones más frecuentemente afectadas son:

Prótesis o recambio articular

La rodilla

Persona con presión muscular y ligamentos

El hombro

Toser en el codo

El codo

Hinchazón y dolor de pies

El tobillo

Pelvis con la cabeza del fémur marcada

La cadera

Fractura de muñeca

La muñeca

Dentro de éstas, las estructuras más frecuentemente lesionadas en la rodilla son: los meniscos, el cartílago y el ligamento cruzado. En cambio en el hombro se lesionan a menudo los tendones del manguito rotador y el lábrum (un anillo de tejido blando que rodea la articulaciones del hombro).  

Al tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo, cada vez son más las lesiones de otras articulaciones, aparte de la rodilla y el hombro, que pueden tratarse mediante artroscopia. Por ejemplo, un pinzamiento en cadera, fracturas en la muñeca, enfermedades de los tendones y lesiones del cartílago del tobillo, etc.

El médico traumatólogo será la persona adecuada para indicar cuándo es necesario hacerse una artroscopia.

¿Cómo prepararse?

Para realizar una artroscopia no se necesita una preparación específica, salvo la general de cualquier intervención quirúrgica.  

La preparación general consiste en:

Agua, comida y reloj tachados que indican no comer

Hacer un ayuno de seis horas.

Persona ansiosa con una gota de sudor en la cara y otros símbolos por síndrome de abstinencia

No consumir sustancias psicotrópicas.

Fármaco tachado

Suspender anticoagulantes orales si se toman.

Formulario con casillas marcadas en una carpeta

Seguir las instrucciones recibidas por el servicio de anestesia.

En función de cada paciente se realizará una serie de pruebas preoperatorias: electrocardiograma, analítica y radiografía de tórax.

Preferentemente debería rasurarse la zona quirúrgica concreta a operar, es decir la rodilla lesionada, el hombro, la cadera correspondiente, etc. una o dos horas antes de la cirugía.

¿Cómo se realiza una artroscopia?

Es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que se lleva a cabo mediante pequeñas incisiones cutáneas que se llaman portales. Se introduce por las incisiones una pequeña cámara y comienza la intervención revisando el estado de la articulación, con el objetivo de identificar el problema y su alcance. A partir de ahí, se procede a reparar la lesión de la forma más adecuada en cada caso.

Dependiendo de la articulación afectada, la artroscopia servirá para una función u otra, en algunos casos permite limpiar el espacio articular, suturar las estructuras dañadas (meniscos, ligamentos, tendones...) o sustituirlos y actuar sobre el cartílago y el hueso en su caso, por ejemplo, en rodilla o cadera.

Según la patología específica se necesitará un número variable de portales (incisiones), para poder realizar las actividades quirúrgicas necesarias. Siempre de forma precisa y bajo la visión directa que permite la pequeña cámara que se introduce al principio de la artroscopia.

Al no realizar grandes incisiones para acceder a la articulación afectada, el período de recuperación, el dolor postoperatorio y las posibles complicaciones son menores que con la cirugía convencional.

Por último, se suturan los portales con un punto y se procede a inmovilizar la extremidad durante un tiempo variable, que puede ir de pocos días a hasta 6 semanas, según la técnica realizada.

¿Dónde se realiza?

Las artroscopias son intervenciones quirúrgicas, y como tal, se realizan en los quirófanos. La gran parte de las artroscopias se llevan a cabo en régimen ambulatorio, es decir, el paciente ingresa y regresa a casa el mismo día (oa lo sumo, en cirugías más complejas, pasan una noche en el hospital).  

Por todo ello, habitualmente estos procedimientos se realizan en los bloques quirúrgicos ambulatorios, donde los pacientes, una vez intervenidos, pasan a unas zonas de recuperación durante unas horas, para marcharse posteriormente a casa.

¿Quién realiza la intervención?

Las artroscopias las realizan los médicos especialistas en cirugía ortopédica y traumatología. En muchos hospitales dentro del grupo de cirujanos y cirujanas ortopédicos, hay un equipo de especialistas en artroscopia, ya sea de varias articulaciones, o de una articulación en concreto. También los médicos especialistas en reumatología realizan algunas artroscopias, en cuyo caso suelen con función diagnóstica, para poder valorar y tratar posteriormente ciertas enfermedades de origen reumatológico.

¿Cuánto dura?

La duración de una artroscopia variará en función de la complejidad de la patología a tratar. Las cirugías más sencillas no se alargan más allá de 20-30 minutos, mientras que en algunas otras más complejas, cuando es necesario realizar varios procedimientos, se puede alargar más allá de 90 minutos.

¿Qué sensaciones tendré durante la prueba?

La artroscopia suele realizarse bajo anestesia loco-regional con sedación. Esto significa que la extremidad donde se realiza la artroscopia (brazo o pierna) se encuentra anestesiada y el paciente recibe una medicación para estar tranquilo y relajado.

Para acceder al interior de la articulación y poder visualizarla desde dentro, se deben realizar unos pequeños cortes en la piel (portales) y realizar movimientos para introducir la cámara y los aparatos específicos para a trabajar. Por tanto, el paciente puede notar sensaciones de tracción, distensión y movimiento de la extremidad, pero en ningún caso notará dolor.

¿Cuáles son las posibles complicaciones?

La artroscopia es una técnica quirúrgica poco invasiva y muy segura, pero esto no es sinónimo de ausencia de complicaciones.

Las complicaciones mayores son muy poco frecuentes (anestésicas, infecciosas o tromboembólicas...).

Existen una serie de complicaciones menores con una incidencia superior, entre el 2-8% según los estudios realizados. Entre estas complicaciones locales podemos destacar hematomas superficiales, flebitis, derrame articular o alteraciones nerviosas por lesión de nervios periféricos cercanos a las incisiones necesarias para realizar la artroscopia.

Información documentada por:

Sergi Sastre

Publicado: 25 de julio del 2022
Actualizado: 25 de julio del 2022

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