La investigación ha permitido establecer una clasificación molecular del CCI que ha derivado en la división de dos subclases, una de ellas más agresiva que la otra y con características diferentes. El estudio, único en España y pionero a nivel internacional, ha analizado los tejidos tumorales de 150 pacientes y ha estudiado las alteraciones genéticas más importantes de un tipo de cáncer profundamente desconocido desde el punto de vista molecular.
Los resultados obtenidos en la primera parte de la investigación permiten conocer cuál es el diferente comportamiento biológico del tumor. A partir de este descubrimiento los investigadores profundizarán en las diferentes sensibilidades a un posible tratamiento farmacológico y tratarán de diseñar una terapia personalizada dirigida a cada alteración molecular específica. El estudio también es importante porque permitirá determinar los factores de riesgo y la predisposición genética. Esta segunda parte de la investigación tendrá una duración aproximada de cuatro años.
La AECC de Barcelona, a través de su Fundación Científica, financia con 1.200.000 € esta investigación, durante un período de cinco años (del 2011 al 2016). Esta financiación, una de las más importantes a nivel privado, se desprende del compromiso de la asociación por incentivar la estabilidad y la excelencia de la investigación oncológica en España. Juli de Miquel, Presidente de la AECC Catalunya contra el Cáncer de Barcelona, y Àngela Sánchez Martorell, gerente de la AEEC – Catalunya contra el cáncer Barcelona, participaron en un acto de presentación de estos resultados y defendieron que el papel de la institución que dirigen es también apoyar la investigación en cánceres huérfanos de conocimiento y en los que es especialmente necesario identificar dianas terapéuticas. El CCI es un cáncer con muy mal pronóstico y pocas posibilidades de tratamiento, que ha sufrido en la última década un aumento de incidencia del 10% anual. En España cada año se diagnostican entre 400 y 500 casos, de estos sólo alrededor del 30-40% pueden recibir tratamiento quirúrgico. La supervivencia a los 5 años se sitúa entre un 20 y un 40%.