Investigadores del servicio de Dermatología del Hospital Germans Trias, del Institut Germans Trias, del Laboratori d’Immunologia per a la Recerca i Aplicacions Diagnòstiques del Banc de Sang i Teixits (LIRAD) y del servicio de Inmunología del Hospital Clínic han concluído que existe relación entre la gravedad de la psoriasis y determinadas características genéticas de las personas que la padecen. A partir de les muestras de sangre de más de 200 pacientes con la enfermedad, los investigadores han detectado que, los que presentan una psoriasis más grave, tienen de media más cantidad de copias del gen CCL4L en su código genético. Este gen es el responsable de producir la proteína CCL4L, una quimiocina que forma parte del sistema inmunitario del cuerpo humano, y que actúa regulando infecciones y procesos inflamatorios, porque atrae células de defensa en la zona del cuerpo afectada. Además, el estudio demuestra por primera vez que una mayor presencia del gen CCL4L en el ADN implica una mayor presencia de la proteína quimiocina CCL4L en la sangre.
El hallazgo ha sido publicado en los últimos días en la edición digital de la revista con más prestigio mundial dentro de la especialidad de Dermatología. Se trata del Journal of Investigative Dermatology, y el artículo publicado se titula “CCL4L Polymorphisms and CCL4/CCL4L Serum Levels Are Associated with Psoriasis Severity”. La primera autora es Edurne Pedrosa, investigadora del Institut Germans Trias, a la vez que el estudio ha sido promovido por el profesor Carlos Ferrándiz, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Germans Trias, por el doctor José Manuel Carrascosa, facultativo de este servicio, y por el doctor Manel Juan, jefe clínico del servicio de Inmunología del Hospital Clínic. Todo ha sido en parte posible gracias a una subvención atorgada por la farmacéutica Merck-Serono y por les entidades públicas FIPSE (Fundación para la Investigación y Prevención del SIDA en España) y FIS (Instituto de Salud Carlos III).
La constatación que la genética y las quimiocinas tienen un papel clave en el proceso inflamatorio de la psoriasis contribuye a poder predecir qué pacientes tendrán una enfermedad más grave, y abre puertas en la búsqueda de tratamientos cada vez más específicos y personalizados.
Entre un 2 y un 3% de la población padece psoriasis
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que, por una anomalía en el proceso de renovación celular, causa descamación, inflamación, envejecimiento, picor y dolor. Puede afectar muy diversas partes del cuerpo, aunque es frecuente que las llamadas placas de psoriasis se encuentren en los codos y en las rodillas, en las manos y en los pies, en el cuero cabelludo o en la cara. El origen de la psoriasis es desconocido, pero se sabe que se trata de una enfermedad causada tanto por factores genéticos como ambientales, que provocan que el sistema inmunológico desencadene inflamaciones de la piel. La incidencia de la psoriasis es alta: la padece entre un 2 y un 3% de la población general. Hoy en día no hay una cura definitiva.
El gen CCL4L i la psoriasis grave
El CCL4L es un gen que todos los seres humanos solemos tener en nuestro ADN, y que determina la producción de la proteína quimiocina CCL4L, un elemento del sistema inmunitario. La población europea suele tener en el ADN entre cero y cuatro copias de este gen, aunque lo más frecuente és tener 2 (un 62% de la población). El trabajo de los investigadores del Germans Trias, el Banc de Sang i Teixits y el Clínic demuestra que, en las personas que padecen psoriasis y tienen entre tres y cuatro copias del gen CCL4L, la enfermedad suele presentarse con más gravedad. En concreto, por cada persona con psoriasis leve que tiene entre tres y cuatro copias del gen, 5 personas con psoriasis grave tienen esta característica genética, que se traduce en más quimiocina en la sangre.
Los pacientes con una psoriasis grave presentan un inicio precoz de la enfermedad (antes de los 30 años), un área más extensa de la piel afectada, necesitan recibir tratamientos que afectan todo el cuerpo o suelen tener simultáneamente otras enfermedades de las llamadas autoinmunitarias, como por ejemplo la diabetes y la artritis, o infecciones, como la del virus de la hepatitis C.